Patricia Azuara.-
“Vida nada me debes, Vida estamos en paz”, culminó sus palabras Aníbal Pérez Vargas, y en seguida los altos mandos de los tres poderes del Estado y servidores públicos de Tamaulipas ovacionaron al destacado jurista.
Su rostro trataba de contener el llanto, pero reflejaba una emoción desmedida. Las cosechas rindieron frutos.
Con una vida dedicada a la abogacía, el Poder Judicial del Estado de Tamaulipas, otorgó la presea al Mérito “Emilio Portes Gil” a Aníbal Pérez Vargas por su importante participación y aportes a la profesión del Derecho y su amplia trayectoria como jurista y servidor público, así como en el campo del estudio y la investigación.
Aníbal Pérez Vargas es un abogado con más de 60 años de experiencia, en donde también ha ocupado diversos cargos en el servicio público, distinguiéndose siempre por su labor íntegra y honesta.
Desde 1961 se dedica a la abogacía y dentro de los puestos que ha ocupado en algunas administraciones estatales dejó un legado de trabajo eficiente, siempre brindando justicia a los diferentes sectores de la sociedad tamaulipeca.
Originario de Sonora, pero tamaulipeco de corazón, Pérez Vargas agradeció la presea y dedicó sus palabras a su familia, de quienes, refirió, lo enseñaron a avanzar por el camino del bien. Además, reconoció el trabajo de los colegas que lo acompañaron a lo largo de su vida profesional.
“Es para mí un verdadero honor haber sido notificado sobre la presea al mérito ‘Emilio Portes Gil’ que entrega el Poder Judicial de Tamaulipas, reconocimiento instituido por acuerdo del Pleno en el año 2010 para reconocer a los licenciados en Derecho que han destacado en el ejercicio de la profesión, en el servicio público y en la cátedra o enseñanza, presea que se ha otorgado a grandes abogados tamaulipecos.
¿QUIÉN ES ANÍBAL PÉREZ VARGAS?
Aníbal Pérez Vargas nació el 19 de enero de 1936 en Ciudad Ures, Sonora, cursó su educación primaria en el Colegio Tamaulipas en Reynosa y su educación secundaria en la Escuela de Enseñanzas Especiales número 28 en Tampico, Tamaulipas. La preparatoria la recibió en el Ateneo en Saltillo, Coahuila. Obtuvo el título de Licenciado en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Ejerció como titular de la Notaría Pública Número 51 en Reynosa, Tamaulipas. En sus actividades profesionales, en 1987, al inicio de la administración del gobernador Américo Villarreal Guerra fue designado como Procurador General de Justicia del Estado, puesto que desempeñó hasta 1990 cuando fue nombrado Secretario General de Gobierno hasta la conclusión de la gestión.
En agosto de 2001 fue nombrado Fiscal Especial para Delitos Electorales y 2006 fue ratificado nuevamente el cargo de Procurador General de Justicia del Estado hasta 2007. Ha participado activamente en distintas organizaciones de carácter civil; fue Presidente de la “Barra de Abogados de Reynosa”, Presidente del “Colegio de Notarios de Reynosa”, Presidente del “Colegio de Notarios del Estado de Tamaulipas” y miembro de la “Asociación Nacional del Notariado Mexicano”.
Aníbal Pérez Vargas, quien desempeña la profesión de Abogado desde el año de 1961, en el libre ejercicio de la profesión, siempre lo ha hecho con absoluta buena fe, lealtad y probidad tanto con las partes, como para las instituciones participantes en cada caso.
TANTO TIEMPO, TANTO ESPACIO, Y COINCIDIR: AVA A PÉREZ VARGAS
En su discurso, durante la entrega de la presea, el mandatario de Tamaulipas, Américo Villarreal Anaya, celebró la entrega de la presea al Mérito “Emilio Portes Gil” a Aníbal Pérez Vargas, a quien, dijo, respeta y admira por su impecable trayectoria en el servicio público.
“Me sumo sin reserva y con una simpatía especial a que la presea de este año se entregue al abogado Aníbal Pérez Vargas, a quien profeso ya por varios años un gran respeto por su trayectoria profesional y su servicio a Tamaulipas”.
“Así como la fraternidad y mi afecto personal y el de mi familia. Estoy convencido que en la vida se cierran ciclos y, como dice la canción, tanto tiempo, tanto espacio y coincidir, un gusto poder estar aquí presente”.
Acompañado del magistrado presidente David Cerda Zúñiga, el gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal Anaya, la presidente de la Junta de Gobierno del Congreso del Estado, Úrsula Patricia Salazar Mojica, y magistrados y magistradas, el abogado fue condecorado con el máximo reconocimiento que otorga este poder.
LAS ENSEÑANZAS DE DON ANÍBAL
Este reconocimiento reafirma en lo personal una vida dedicada a la abogacía con esmero, dedicación y honestidad, como me lo enseñó mi padre, Aníbal Pérez González, hombre totalmente íntegro, entregado al magisterio, nacido en el rancho El Caracol, del municipio de Soto La Marina en 1907.
Lo anterior me ha permitido desempeñarme en el ejercicio libre de la profesión de abogado en la función pública y en la actividad colegiada de la profesión con plena observancia de los principios recibidos en el seno de mi familia.
Gracias a quienes hicieron la propuesta de mi persona para tan honroso reconocimiento. Gracias a la vida, gracias a mi familia, gracias a Reynosa a donde llegué en 1944, nacido en Sonora, pero tamaulipeco de raigambre y de corazón. Gracias a Tamaulipas, tierra a la que con orgullo pude servir como Procurador General de Justicia, como Secretario General de Gobierno y Fiscal Especial para Delitos Electorales.
A mis pares juristas, con quienes he compartido la actividad profesional colegiada en la Barra de Abogado de Reynosa, en el Colegio de Notarios de Reynosa, y en el Colegio de Notarios de Tamaulipas, los cuales tuve el honor de fundar y presidir mi gratitud y amistad imperecedera”.
‘MUY CERCA MI OCASO…’
Finalmente agradeció la distinción que se le hizo al otorgarle la presea al Mérito Emilio Portes Gil. “Me complace y me atrevo a decir con Amado Nervo lo siguiente”: “Muy cerca de mi ocaso yo te bendigo vida, porque nunca me diste ni esperanza fallida, ni trabajos injustos, ni pena inmerecida, porque veo al final de mi rudo camino, que yo fui el arquitecto de mi propio destino.”
“Que si extraje las mieles o la hiel de las cosas fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas, cuando planté rosales, coseché siempre rosas. Cierto a mis lozanías va a llegar el inverno, mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno.”
“Hallé sin dudas, largas las noches de mis penas, no me prometiste tan solo noches buenas, y en cambio tuve algunas santamente serenas. Amé, fui amado, el sol acarició mi faz, vida nada me debes, vida estamos en paz”.
