Diego López Bernal
Ciudad Victoria, Tam.- La población de comunidades rurales de la región citrícola del centro de la entidad demuestra una vez más el gran corazón que tienen los tamaulipecos, al enviar un cargamento de tapitas a Un Cachito de Luz.
Así lo reafirma una vez más la familia de Ponchito, niño de dicha región que ha vencido al cáncer y que es un testimonio vivo de que con un diagnóstico y tratamientos oportunos esta enfermedad no es mortal.
Además de mostrar un agradecimiento pleno hacia las personas de buena voluntad que ayudaron a su hijo y familia, Alfonso Blanco mantiene vivo el altruismo en esta región de Tamaulipas, como quedó de manifiesto esta semana al llegar a Ciudad Victoria con un cargamento de tapitas.
Alfonso lo deja en claro: “Estudios y cita y a la vez… Entregando taparroscas del rancho y agradecido con toda la gente que con su granito de arena hacen posible apoyar a niños, adolescentes y adultos con sus tratamientos contra el cáncer”.
Es la asociación civil victorense de ayuda a pacientes oncológicos la que lo da a conocer; “Infinitas gracias a todas las personas que con su noble acción y generosidad nos apoyan para continuar brindando apoyo; Dios les bendiga siempre”, escribe Un Cachito al dar a conocer la visita de la familia Blanco en sus instalaciones de esta Capital.
Y sí, una vez más los tamaulipecos “de rancho”, como los menciona el mismo señor Blanco, aportan su cargamento de taparroscas y reafirman su convicción de trabajar en equipo para ayudar a las personas, recordando que el reciclaje de las tapitas es una de las principales fuentes de financiamiento de Un Cachito de Luz.
“La unión hace la fuerza, gracias mil gracias, que Dios me los bendiga grandemente a cada uno de ustedes por su gran apoyo… Todos somos uno”, señala la familia Blanco para agradecer públicamente a la población de las comunidades que apoyan la causa.