El de los juegos de azar es un mundo repleto de emoción, apuestas, riesgo y recompensa; pero también de auténticos profesionales. Tanto esos casinos que ofrecen bono de bienvenida como los que abren sus puertas sin promociones para los jugadores cuentan con auténticos expertos que se encargan de dar emoción a las partidas: los croupiers.
La figura del crupier es una que siempre ha estado ligada a los juegos de azar. Ellos son los que se encargan de hacer que las cartas se muevan en la mesa, de representar al propio casino en las partidas. Son la mano que mueve la ruleta, la que acciona el bingo. En definitiva, son una de las piezas más importantes de los casinos a día de hoy.
El papel del crupier
Aunque la figura del crupier quede a menudo en segundo plano, ya que siempre está ahí, ya hemos visto que su papel es esencial. Es alguien que va mucho más allá de ser quien reparte las cartas o hace girar la bolita. Es la persona que guía el juego, que anima a los participantes, que hace que la partida sea un derroche de adrenalina.
Los croupiers siempre están en el centro de la acción en los juegos de azar. Se encargan de que las partidas siempre sean justos, o al menos totalmente apoyadas en el auténtico azar, pero también de que haya emoción y seguridad en la mesa. Son como directores de orquesta, con una batuta invisible que hace que la atención de los jugadores se centre en la mesa y en ellos, que todo fluya. Por eso, aunque no lo parezcan, son de los empleos mejor pagados en este sector.
Más que un trabajo, un arte
No todos valen para ser crupieres. Estos profesionales deben poseer una serie de habilidades que están al alcance de muy pocos. Y es que, además de tener total soltura en las relaciones sociales, y a la hora de mantener una imagen profesional, también deben cumplir con ciertos requisitos necesarios para guiar los juegos de azar.
Las matemáticas son importantísimas para calcular las ganancias de los jugadores al momento. En el Blackjack, por ejemplo, deben estar siempre atentos a las posibles manos de todos los participantes para ver cómo avanzar. Huelga decir que la soltura con los naipes y las fichas es indispensable, porque no solo agiliza el ritmo de juego, sino que también llega a generar expectación. Algo importante para mantener el interés de los jugadores.
Mantener el protocolo para conservar la imagen del casino, pero sin perder la sociabilidad con la que otorgar familiaridad y cercanía a los jugadores. Es un equilibrio delicado, pero que se domina como un arte para que los participantes disfruten y lo pasen bien. Para que recuerden gratamente las partidas, aunque les hayan ido mal. Es eso precisamente lo que hace que los casinos siempre estén abriendo ofertas de empleo para croupiers. Necesitan a los mejores.
Todo eso ayuda a que muchos vuelvan a jugar, o vuelvan a su casino de confianza. Saben que en él les está esperando ese croupier tan bueno y profesional que ameniza las partidas. Saben que estos profesionales hacen girar mucho más que la ruleta, sino todo el flujo de diversión, emoción, riesgo y recompensa que da vida a los juegos de azar.