El Arsenal mantuvo el control ante las acometidas del Liverpool, especialmente en la segunda mitad donde tuvo en la mano la victoria con dos tiros a los palos, y salió de Anfield con un punto tras empatar 1-1, suficiente para mantener el liderato en la Premier League.
Sigue sin ganar en Anfield el Arsenal que no logra los tres puntos en este recinto desde la temporada 2012-13, con su entrenador, Mikel Arteta, como jugador. Pero acabó de pie, metido en el partido, fiel a su estilo y sin renunciar a un triunfo que, por ocasiones, tuvo más cerca su rival.
El empate no contenta del todo a ninguno. Es más, deja más que abierta la lucha por el liderato de la Premier League. Ninguno de los tres primeros logró ganar. Ni el Aston Villa de Unai Emery, tercero, que no pudo con el colista, el Sheffield. Ni el Arsenal, primero, ni el Liverpool, segundo. Solo el Tottenham, cuarto, logró el triunfo contra el Everton.
Tanto tropiezo beneficia al campeón vigente, al Manchester City que tiene un partido menos y que puede regresar a la pelea si gana su encuentro pendiente de esta decimoctava jornada.
Con la cima en juego ninguno ganó. Ni Liverpool, ni Arsenal; en un partido sin tregua, a un ritmo intenso, el que implanta el conjunto de Jürgen Klopp y que asumió bien el cuadro de Mikel Arteta que tomó ventaja a los cuatro minutos, en una acción a balón parado, ejecutada por el noruego Martin Odegaard que aprovechó, de cabeza, Gabriel Magalhaes para dejar en evidencia a la zaga local y a su portero, Ederson.
Tomaron ventaja los ‘gunners’ más adaptados a la situación. El Liverpool, que lleva diez encuentros invicto en la Premier, empezó a reaccionar. Se hizo con el balón y añadió una velocidad al duelo. Empató a la media hora. En un pase largo de Trent Alexander Arnold hacia Mohamed Salah en la banda derecha. Se deshizo el egipcio de Oleksandr Zinchenko, se adentró en el área y ejecutó un gran tiro que superó a David Raya.
Pareció hacerse con el partido el cuadro de Klopp aunque la última opción antes del intermedio fue para el equipo londinense, en las botas de Gabriel Martinelli que tiró, con Ederson descolocado, fuera de la portería, un tiro que rozó el palo cuando parecía gol.
A la vuelta de vestuarios el Liverpool disfrutó de su mejor momento. Joe Gomez pudo marcar pero salió ligeramente desviado y después llegó el poste con el que se encontró Harvey Elliot. Más clara fue la posterior, poco antes del último cuarto de hora, en una contra rápida dirigida por Salah que cedió el balón a Alexander Arnold. El lateral disparó con Raya batido pero la pelota pegó en el larguero. Tuvo ahí la victoria, pero no llegó.