Una gran caravana formada por miles de migrantes comenzó sus preparativos para salir caminando este domingo 24 de diciembre, en vísperas de la Navidad, hacia los Estados Unidos, desde Tapachula, en Chiapas.
El Coordinador General del Centro de Dignificación Humana (CDH), Luis Rey García Villagrán, señalo que la caravana podría estar compuesta por cerca de 10 mil personas, de las cuales más de 3 mil son niños menores de 14 años. Entre ellos también habría mujeres embarazadas, personas con necesidades especiales y adultos mayores.
“Vamos a caminar aproximadamente 6 mil 500 personas en alto grado de vulnerabilidad, es decir, mujeres embarazadas, niños especiales, adolescentes y pocos hombres solos”, dijo García Villagrán.
Estas personas son originarias de 24 nacionalidades, principalmente de Centroamérica, Cuba, Haití, Venezuela, Ecuador, Perú, Brasil, Nicaragua, África y Asia. Uno de ellos, Luis Daniel originario de Cuba, se registró hace tres meses y medio, pero no ha recibido ninguna respuesta por parte de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), por lo que sigue esperando correos y sus citas.
“He ido a migración, a la Comar, he tratado de subir en autobús, en el primer retén me han bajado, me han robado mi dinero sin darnos el libre tránsito, porque el objetivo es llegar a los Estados Unidos, por lo que prefiero que me maten en el camino que regresar a mi país”, compartió.
Este migrante, abogado de profesión, fue asaltado en Tapachula, donde le arrebataron su pasaporte y dinero. Ahora se encuentra en espera de poder salir este domingo en la caravana.
Silva Elizabeth Flores, de nacionalidad hondureña, indicó que llegó a México con la intención de hacer las cosas de manera legal y transparente, pero jamás tuvo respuesta de las autoridades que brindan refugio o de las que otorgarían la documentación necesaria para su estancia legal.
“Necesitamos movilizarnos, irnos a la Ciudad de México, porque hay mayores oportunidades. Aquí solo nos dan citas y citas, sin respuesta alguna, lo más complicado es poder trabajar y alimentar a la familia con un documento que nos pueda conceder un trabajo”, compartió.
Esta mujer, quien estuvo trabajando 19 años en una textilería en Honduras, tuvo que abandonar su trabajo a causa de la delincuencia, violencia y la falta de economía, logrando llegar a México donde tenía la esperanza de encontrar refugio y un mejor futuro para su familia.
Con información de: lopezdoriga.com