Francisco Ramos Aguirre.-
Cd. Victoria, Tam.-
Ingeniero Civil, agricultor y ganadero nació en Linares, Nuevo León y falleció en Monterrey (1860-1940). Descendiente de familias de abolengo y presencia política en el noreste mexicano, hijo de Jesús María Benítez y Pinillos -ex gobernador- radicado en Linares y María Felipa Leal, con raíces en Ciudad Guerrero, Tamaulipas. En julio de 1880 sustentó examen profesional para obtener el grado de ingeniero en el Colegio de Minería de la capital del país.
Gracias a las influencias de un militar amigo del presidente General Manuel González originario de Matamoros, Tamaulipas, le otorgaron el primer trabajo que consistió en dotar de iluminación al Palacio Nacional, obra eléctrica que sería inaugurada el 16 de septiembre por el presidente de la República. Minutos antes, el joven profesionista decidió realizar varias pruebas “…se iluminaba el Palacio y toda la gente, reunida en el zócalo, aplaudía a rabiar…poco después fallaba la luz y todo quedaba en la oscuridad mientras el populacho silbaba y gritaba. De nuevo encendía y se repetían los estruendosos aplausos. El general Mejía, quien era el apellido del personaje que lo había contratado, se acercó a las instalaciones y le dijo abuelo.
“Mire, amiguito, usted ve lo que hace. Pero cuando llegue mi General tiene que estar la luz prendida o usted se muere”. Como sabía que capaz de cumplir su amenaza, papá grande sudaba la gota gorda y decidió apagar la luz para acumular energía en el generador, mandando a un muchacho a la esquina por donde había de llegar el presidente para que le avisara con tiempo.”
EL PROYECTO
Un año después, el 24 de octubre de 1881 se publicó en El Siglo Diez y Nueve una carta enviada desde Linares, Nuevo León, al director del periódico, donde Benítez miembro de la Sociedad Amigos del Progreso menciona sobre un proyecto y trazo de un ferrocarril de la Compañía Internacional que saldría de Monterrey. Los planos incluían varios ramales que comunicaban diversas poblaciones fronterizas del noreste y otras del centro de Tamaulipas, entre ellas Montemorelos, Linares, Ciudad Victoria y Monterrey.
Al mismo tiempo entre 1881-1883, se comentaba sobre su intervención profesional en el Camino Real o Camino Nacional, una importante ruta entre Victoria y Tula donde contaría con las recomendaciones del coronel Ramón G. Villavicencio, quien radicó un tiempo en Monterrey donde organizó un cuerpo de rurales. Sobre esta actividad en el kilómetro 12.5 se colocó en sobre esta vía, una enorme losa con la siguiente inscripción: “Alcantarilla Manuel M. Morales Ingeniero Director–Francisco Benítez y Leal. Mayo de 1883.”
En 1886 contrajo matrimonio en la Hacienda de Santa Engracia en Tamaulipas con Adelaida Martínez y González originaria de Ciudad Victoria (1865-1956), quien estudió en el Colegio del Verbo Encarnado de Brownsville, Texas. Ella era hija de José Martínez y Gertrudis González, quienes le heredaron grandes extensiones de tierra en una de las regiones más fértiles de la entidad propia para la ganadería, agricultura y siembra de árboles frutales.
LA FAMILIA DE DON FRANCISCO
Tuvo siete hijos Emilia, Adelaida, Luisa casada con Rodrigo Gómez, director del Banco de México, José -abogado, político y diplomático- ex gobernador interino de Nuevo León, Enrique, propietario del Hotel Sierra Gorda y amigo del escritor Alfonso Reyes, Francisco asociado con Emilio Azcárraga empresario radiofónico y Jesús.
En 1888 fue nombrado inspector de la construcción del Ferrocarril del Golfo para unir a través de este medio de transporte Monterrey-Montemorelos-Linares-Victoria-Tampico. Vale decir que, para la realización de esta obra, tuvo el apoyo del general Mariano Escobedo, quien tenía enorme influencia política y militar en su calidad de héroe de la Guerra de Intervención Francesa.
En este importante proyecto, el ingeniero Benítez aplicó todos sus conocimientos profesionales en mancuerna con varios técnicos extranjeros -norteamericanos y europeos-, expertos en instalación de rieles, levantamientos topográficos, puentes, estaciones y drenes pluviales. El tramo entre Monterrey-Tampico abarcaba alrededor de 500 kilómetros. En diversos puntos entre Nuevo León y Tamaulipas se instalaron numerosas terminales ferroviarias de enorme beneficio para las haciendas y habitantes de diversas poblaciones.
Finalmente, después de intensos trabajos de ingeniería civil, el cuatro de octubre de 1890 llegó a la Capital tamaulipeca la locomotora Don Patricio, perteneciente a la Línea División del Golfo. Respecto a los trabajos de construcción del camino Linares-Galeana-Ciénega del Toro-Matehuala, San Luis Potosí, de acuerdo a la correspondencia que Benítez sostuvo con el general Bernardo Reyes, gobernador de Nuevo León, probablemente el desarrollo de los mismos se realizó entre 1892-1894.
EL INICIO DEL PROGRESO
En 1892 luego de concluir oficialmente los trabajos de desmontes, puentes, alcantarillas e instalación de vías ferroviarias, Benítez asume la propiedad de la Hacienda del Carmen, municipio de Güémez, donde existían buenos pastizales y un clima adecuado. Se trataba de un importante predio agropecuario, bañado por las aguas del río Purificación, cercano a las faldas de la Sierra Madre Oriental, donde levantó el casco del mencionado sitio, que constaba de varias edificaciones.
Para entonces, Benítez radicaba entre Monterrey y Ciudad Victoria, donde se relacionó con importantes personajes de esa localidad, entre ellos Guadalupe Mainero, Pablo Lavín, Francisco Zorrilla, Manuel Bustamante, Aurelio Collado, Lino Villarreal, Praxedis Balboa y otros quienes apoyaron al obispo Eduardo Sánchez Camacho, con motivo de su postura respecto a las apariciones de la Virgen guadalupana.
Como miembro de la Cámara Agrícola y Ganadera de Tamaulipas, en 1907 participó en le Exposición Agrícola y Ganadera celebrada en la Capital tamaulipeca, exhibiendo algunos ejemplares bovinos de razas europeas, por ejemplo, la Jersey una de las mejores productoras de leche. Por ello eran famosos por los quesos, cremas, mantequillas y otros derivados lácteos producidos en la hacienda
Ese mismo año publicó en la Revista El Agricultor Mexicano de circulación nacional un artículo sobre la siembra de maíz, donde menciona las técnicas apropiadas para el territorio tamaulipeco. Para planear la producción de su hacienda, el ingeniero Benítez instaló una estación meteorológica para el control de las estadísticas de lluvia registradas cada año.
A principios del siglo XX, la importancia productiva la Hacienda del Carmen fue clasificada como modelo agropecuario en Tamaulipas. Igual sucedió con La Clementina del municipio de Llera, propiedad de una sociedad encabezada por el norteamericano Mr. Graham. Por todo esto, Francisco Benítez Leal, fue un profesionista y empresario del porfiriato. De alguna manera la vecindad geográfica entre Linares y Tamaulipas favoreció su proyecto interrumpido por la Reforma Agraria al concluir la Revolución Mexicana.