Agencias
Seis años antes de que JJ Abrams resucitara el universo de Star Wars con ‘El despertar de la fuerza’, el responsable de series como ‘Perdidos’ o ‘Fringe’ fue el artífice de que la principal ‘rival’ de la franquicia galáctica también tuviera un reboot a la altura de su impacto cultural a nivel internacional. ‘Star Trek’, de 2009, supuso un reinicio cinematográfico para la franquicia surgida como serial en televisión en los años 60, y la nueva versión de la tripulación del USS Enterprise, con Chris Pine y Zachary Quinto sustituyendo a los míticos William Shatner y Leonard Nimoy como el Capitán Kirk y el vulcaniano Spock, fue todo un éxito.
La buena recepción del reboot de ‘Star Trek’ (bastante mejor que la que tuvo unos años después el de ‘Star Wars’) dio inicio a una nueva trilogía y que las nuevas generaciones conocieran a personajes claves de la cultura popular que nos llevan acompañando casi 60 años (que se dice pronto), e incluso Quentin Tarantino ha estado a punto de dirigir una nueva entrega de ‘Star Trek’. El fenómeno ‘trekkie’ se ve muchas veces infravalorado frente a la maquinaria nostálgica de Disney/Lucasfilm, conocedora de que Star Wars caló más hondo en el imaginario colectivo, pero lo cierto es que ‘Star Trek’ es la definición más pura de aventura espacial que podemos encontrar en el cine, la televisión y, desde hace unos meses, en el catálogo de películas de Netflix.
Y precisamente el estreno en Netflix de ‘Rebel Moon’, la nueva space ópera de Zack Snyder influenciada por Star Wars, el cine western y Akira Kurosawa, hará que se vuelvan a comparar dos grandes epopeyas galácticas. Y lo sentimos por la recién llegada, pero Abrams gana la partida de calle.
“Este ‘Star Trek’ posible que Abrams ha hecho apabullante realidad ya estaba contenido en la serie de 1966, que, junto a su visión utópica de un futuro deseable y a su celebración de las esencias de la aventura, fue pionera en el manejo de radicales conceptos de la ciencia ficción literaria. […] Es la mejor space opera en muchos años y una generosa ración de placer cósmico que ha sabido no ser esclava de su modelo, mientras luce una comprensión absoluta de lo que ha sido, es y (se supone) será ‘Star Trek’. […] La película de Abrams magnifica, amplía y acelera todos aquellos elementos capaces de redefinir ‘Star Trek’ como objeto de seducción para no iniciados. El resultado es deslumbrante.”
Esto es lo que escribía en 2009 nuestro compañero Jordi Costa en su crítica de ‘Star Trek’, y no hay mejor presentación que esta para convencernos de cómo Abrams logró aterrizar de pie tras un triple salto mortal con tirabuzón.