Patricia Azuara
El próximo domingo es el último día del año, conocido como Nochevieja, Víspera de Año Nuevo o Fin de Año.
Ese día se celebra en casi todo el mundo y forma parte del calendario gregoriano, iniciándose desde la noche del 31 de diciembre y hasta la madrugada del uno de enero.
La celebración de Nochevieja es tradición de acuerdo a las costumbres y creencias de cada país, para despedir al año que se acaba y esperar con expectativas el que comienza.
El 31 de diciembre simboliza el cierre de un ciclo, con metas y propósitos a lograr durante el año venidero.
Se estima que la primera celebración de fin de año se originó en Mesopotamia en el año 2.000 a.C, entre los meses de marzo y abril, significando el comienzo de las nuevas cosechas.
Representaba el inicio de la primavera y su primera luna con la celebración del Akitu, dando la bienvenida a un nuevo año durante doce días en los que se realizaban ceremonias en el templo Esagila, el hogar del Dios Marduk.
Posteriormente, en el 46 a.C. el emperador Julio César impuso que el día uno de enero sería la fecha para celebrar la entrada del nuevo año, debido a que los ciclos de la Luna no eran constantes, y ocasionaban desfases en las estaciones, según el calendario mesopotámico.
En virtud de ello, encargó al astrónomo Sosigenes que estableciera un nuevo calendario solar, denominado juliano por el Dios Janus, que simboliza los inicios y que está representado con una parte de la cara mirando hacia el pasado y otra hacia el futuro.
El día uno de enero fue la fecha destinada para dar la bienvenida al nuevo año y la extensión de las fiestas y celebraciones, tales como las fiestas Saturnales en honor a Saturno, el dios de la agricultura.
RITUALES Y SUPERSTICIONES PARA DESPEDIR LA NOCHEVIEJA
Nada mejor que recibir un nuevo año con las mejores energías, en aspectos esenciales como la salud, el dinero, el amor, así como proyectos por realizar.
Existen rituales, creencias y supersticiones muy populares alrededor del mundo para despedir la Nochevieja y recibir el nuevo año con prosperidad, que van desde comerse 12 uvas, que simboliza el mismo número de deseos o utilizar ropa interior roja para la suerte en el amor.
Brindar con una copa de champán o licor al sonar las 12 campanadas, para que se cumplan los deseos de salud, dinero y amor.
Colocar un billete en el zapato derecho para tener dinero, o sostener el billete en la mano para tener dinero todo el año.
Usar ropa interior de color amarillo para la buena suerte y rojo para conseguir el amor.
O usar la ropa interior al revés, con los mismos deseos de suerte.
Salir a la calle con maletas y dar la vuelta a la manzana, para poder viajar durante el nuevo año.
Comer doce uvas, una por cada segundo antes de que finalice el año, para la abundancia.
Escribir en un papel los propósitos de Año Nuevo, antes que finalice el año.
Doblar un billete de un dólar en forma de pirámide y colocarlo en la cartera.
Comer un plato de lentejas hervidas justo a la medianoche, para el dinero y la abundancia.
Tirar un balde lleno de agua desde un balcón, para deshacerse de las energías negativas y dar la bienvenida al nuevo ciclo.
Pasar por debajo de una mesa para conseguir pareja.
Lanzar globos al aire como signo de paz y para pedir los deseos a alcanzar en el nuevo año.
Besar a la persona amada cuando suena el ¡Feliz Año!, para asegurar la estabilidad con la pareja.
Quemar un muñeco de trapo que simboliza al año que culmina, para depurar el camino y garantizar las bendiciones del año venidero.
PROPÓSITOS DE AÑO NUEVO; SOLO EL 8% LOS CUMPLE
Cada dos de enero, una vez que culmina la celebración con el tradicional recalentado de Año Nuevo, un importante número de la población, escribe la lista de propósitos para los siguientes 364 días.
Los más comunes son: bajar de peso, hacer deporte, ahorrar dinero y dejar de fumar.
Y aunque las ganas de cumplirlos es mucha, la mayoría se queda en el intento; solamente el ocho por ciento logra lo que se impuso, en la mayoría de los casos son cosas para mejorar la salud y la calidad de vida.
Pero casi todos sabemos que es difícil cumplir con esos propósitos. De hecho, se estima que apenas el ocho por ciento de quienes se los plantean logran el objetivo.
Dado lo frustrante que puede resultar proponerse unas metas y luego no alcanzarlas, conviene formular la pregunta: ¿es recomendable efectuar una lista de propósitos para el Año Nuevo, o es más bien perjudicial y, por lo tanto, lo mejor es evitarlas?, sostienen expertos en psicología.
Según un estudio de la Universidad de Scranton, en Pennsylvania y el instituto de investigaciones Statistic Brain, solamente el ocho por ciento de las personas que se plantean propósitos logra cumplirlos. Esto quiere decir que tres de cuatro personas terminan el año igual que lo empezaron.
El estudio plantea otros datos interesantes: 25 por ciento de la muestra de personas involucradas en la investigación no los cumplieron ni siquiera la primera semana de enero; 55 por ciento los abandonó antes de terminar el primer mes del año y 20 por ciento después de seis meses.
Uno de los principales obstáculos, según la Asociación Psicológica Estadounidense, es la creencia de que será suficiente con la fuerza de voluntad. Esta es, según el organismo, la razón que alega la mayoría de la gente cuando explica por qué no pudo alcanzar sus metas.
Otras causas frecuentes de no poder llevar a cabo esos propósitos son proyectar metas poco realistas, haberse planteado demasiados objetivos, no efectuar un seguimiento de los progresos o incluso olvidar qué propósitos se habían planteado.