Rogelio Rodríguez Mendoza
Prohibir el uso del glifosato a partir del uno de abril próximo significará un suicidio para el sector agrícola, advirtió Luis Eduardo González Cepeda, presidente de la Unión Mexicana de Fabricantes y Formuladores de Agroquímicos (Umffaac).
“Este herbicida es una herramienta indispensable para aumentar la producción, reducir las importaciones y avanzar en la autosuficiencia alimentaria que se perdió en esta administración en maíz y frijol”, señaló.
Recordó que el 16 de noviembre reciente, luego de extensas evaluaciones de seguridad alimentaria y del producto, la Unión Europea aprobó por diez años más el uso del glifosato, al determinar que no representa riesgo para la salud de las personas ni para el medio ambiente.
Pese a ello, dijo, las autoridades mexicanas insisten en oponerse al uso del herbicida.
“La insistencia de un grupo radical del gobierno en la prohibición del glifosato carece de fundamento científico sólido. Parece obedecer más a una ideología que a un compromiso con la salud pública”, puntualizó.
Consideró que sin evidencia científica y fehaciente del supuesto daño del herbicida, el decreto es injustificable y contraproducente para el sector agrícola del país.
“A tres meses de que entre en vigor este decreto presidencial, la Umffaac, que agrupa a industriales en materia de protección de cultivos, demanda que se dé marcha atrás a esta disposición que significaría un golpe mortal para la agricultura mexicana”, reiteró.
Precisó que el glifosato evita que las malezas compitan por los nutrientes y la luz solar con los cultivos; pero en especial por el agua, recurso que este año se vio disminuido significativamente por la sequía.
“Y hasta ahora no hay ningún producto que iguale al herbicida en eficiencia, costo, facilidad de manejo, además de que es altamente seguro”, afirmó.
Por otra parte, advirtió que no se ha presentado ninguna alternativa viable, eficiente, económica y efectiva para sustituir el glifosato.