El 15 de enero de 1919, Boston fue escenario de un desastre tanto trágico como inusual: la Gran Inundación de Melaza.
Un tanque de almacenamiento de la Purity Distilling Company, ubicado en el barrio de North End, explotó, dejando libres aproximadamente 8.7 millones de litros de melaza, un producto espeso derivado de la caña de azúcar y utilizado para la fabricación de ron. Este evento causó la muerte de 21 personas y dejó a otras 150 heridas.
La explosión generó una ola de melaza de hasta 7.6 metros de altura que se desplazó a una velocidad aproximada de 56 kilómetros por hora, devastando el vecindario de North End en cuestión de segundos.
La mayoría de las víctimas mortales eran trabajadores que almorzaban en un edificio público, así como residentes locales, un rescatista, un chofer y un herrero. El desastre también afectó a numerosos caballos y causó graves daños a edificios y estructuras cercanas.
Las investigaciones posteriores revelaron que el tanque había sido recientemente llenado con melaza del Caribe y no fue adecuadamente enfriado para las temperaturas invernales de Boston. Además, el tanque contaba con defectos estructurales y no había sido construido adecuadamente, lo que, combinado con temperaturas inusualmente cálidas, llevó a su ruptura y posterior explosión.
La limpieza del desastre fue extremadamente difícil debido a la naturaleza pegajosa y espesa de la melaza. La Purity Distilling Co. fue finalmente declarada culpable de negligencia y tuvo que pagar una compensación de 300 mil dólares (equivalentes a unos 4.5 millones de dólares de hoy) a las víctimas y sus familias.
Este evento, aunque poco común, resalta la importancia de la seguridad industrial y las consecuencias devastadoras que pueden ocurrir cuando se ignora.
Con información de: excelsior.com.mx