Rogelio Rodríguez Mendoza.-
Cd. Victoria, Tam.-
El morenista Eliphaleth Gómez Lozano inició con el pie izquierdo el estreno de su presidencia en la Mesa Directiva del Pleno del Congreso del Estado.
En la primera sesión, de lo que será el último periodo ordinario de la 65 Legislatura, todo había transcurrido con normalidad, hasta que al legislador por Valle Hermoso se le ocurrió ponerse enérgico con el diputado del PRI, Ángel Covarrubias, al aplicarle a rajatabla un acuerdo de la Junta de Gobierno, respecto al límite de cinco minutos del que disponen los legisladores para leer sus iniciativas.
Covarrubias leía una iniciativa de punto de acuerdo, para exigirle a la secretaria de Finanzas del Gobierno del Estado, Adriana Lozano, clarificar el destino del porcentaje del impuesto sobre nómina que por ley debe ser destinado para la seguridad pública.
Cuando el legislador por Tampico rebasó los cinco minutos, el presidente de la Mesa Directiva le exigió concluir su participación, y no dejó de interrumpirlo, con un evidente intento de impedir que continuara la lectura.
Ordenó, incluso, que le cerraran el micrófono por lo que el orador terminó leyendo “a capela”.
A partir de ahí las cosas se salieron de control, porque, con justa razón, los diputados del PAN comenzaron a reclamar trato parejo.
Y ellos mismos se encargaron que así fuera, porque le comenzaron a contar el tiempo a los siguientes oradores, Armando Zertuche y Gabriela Regalado, de Morena.
“Tiempo, tiempo, tiempo”, gritaban a coro los diputados blanquiazules, cuando Zertuche agotó sus cinco minutos. Intentó seguir leyendo su iniciativa, pero ante la presión optó por entregarla a la Mesa Directiva sin terminar de exponerla.
Con Regalado, los panistas fueron más agresivos. Segundos antes de los cinco minutos le exigieron al presidente de la Mesa Directiva que le cortara el sonido.
“Ustedes la interrumpieron antes de los cinco minutos. Respeten a la oradora”, reclamaba Gómez Lozano, pero no encontró respuesta de la bancada blanquiazul, que por el contrario intensificó el escándalo golpeando las curules.
“Qué pena que no apoyen a las mujeres, diputados”, expresó indignada la neolaredense, al terminar de leer su iniciativa relacionada con una reforma al Código Penal.
Covarrubias pidió la palabra desde su curul.
¿En qué sentido, diputado?, le preguntó Gómez Lozano.
“A favor…”, dijo el tampiqueño, y cuando le dieron sonido, dijo riendo, “de la libertad de expresión”.
Enojado, el presidente de la Mesa Directiva llevó la sesión al punto de Asuntos Generales, y Covarrubias fue el primero en pedir turno.
Sin embargo, los morenistas le aplicaron la misma de siempre: se salieron del recinto para romper el quórum y obligar al término de la plenaria.
Los diputados fueron convocados a la siguiente sesión ordinaria, a celebrarse el próximo lunes a partir de las 14:00 horas.