Wilman Sandoval, de 23 años, se encuentra tras las rejas en Houston después de disparar a dos familiares, argumentando que creía que le practicaban brujería, según informes policiales.
Los oficiales que asistieron a la casa donde se perpetró el tiroteo contaron que el hombre tenía una “peculiar” sonrisa en el momento de su arresto, gesto que para ellos contrastaba con la gravedad de los hechos ocurridos el pasado domingo.
Horas antes del arresto, Sandoval presuntamente se “levantó del sofá” y disparó seis veces hacia la cocina, donde un familiar preparaba comida, y dejando a la primera víctima herida.
Cuando otro familiar en la residencia acudió en su auxilio, Sandoval le disparó dos veces, esta vez impactando en la cabeza.
Aunque un tercer familiar afirmó haber sido apuntado, no resultó herido, según el expediente judicial.
El presunto tirador pudo haber sospechado que miembros de su familia le estaban realizando algún tipo de brujería, y estaba molesto por eso”, explicó el sheriff Ed González, en una conferencia de prensa desde el lugar de los hechos.
Ambas víctimas, un hombre y una mujer, se encontraban en «buenas condiciones» el domingo por la noche y esperan su recuperación, según declaró el sheriff en redes sociales.
Al parecer esto tomó a todos por sorpresa”, señaló en la rueda de prensa.
Por el momento no se ha dado a conocer si Sandoval tiene antecedentes penales o si padece problemas de salud mental, añadió el sheriff.
La pistola que el hombre utilizó en su tiroteo fue recuperada en la casa. La policía destacó que según los testimonios hay “información contradictoria” sobre la conexión entre las víctimas y Sandoval, según el NYP.
Sandoval enfrenta tres cargos por delitos graves de agresión agravada, con una fianza de 250 mil dólares fijada por un juez el lunes. Su comparecencia en la corte está programada para el viernes.
Las autoridades continúan investigando los detalles de este impactante suceso en Houston.