diciembre 12, 2024
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Criticando a ‘Cuando Acecha la Maldad’

enero 23, 2024 | 157 vistas

Lic. Ernesto Lerma

Esta estupenda película fue premiada en España en el festival de Sitges 2023 y celebrada en el mercado internacional, el éxito de ‘Cuando acecha la maldad’ representa un hito para las posibilidades del cine de género en Argentina y de todo nuestro continente. La pesadilla vernácula de Rugna se escinde de un hachazo del academicismo refinado que rigió a la ola del horror “elevado”.

Los embichados del director no privilegian ser metáforas de nada; lo importante aquí es que el terror aterre. Destacando la capacidad del realizador para construir un terror profundamente latinoamericano, sin recurrir a los lugares clásicos y básicos para mostrarlo. En Argentina el estreno de Aterrados en 2017 supuso una conmoción para los entusiastas del cine de horror y terror, porque fue un filme argentino que entendía cómo trabajar el miedo con recursos formales, construyendo climas y brindando algunos sustos memorables.

Con cierta perspectiva y desoyendo al corazón, podemos decir que aquella película apelaba más al golpe de efecto que a la trama, con un guión bastante errático que no lograba decidirse por un protagonista. En ‘Cuando acecha la maldad’, su nueva y esperada incursión en el género, el director Demian Rugna ajusta las tuercas con una historia que se siente mucho más orgánica, a la vez que da forma a un auténtico cine nacional de terror, capaz de pararse de manos ante exponentes de otras latitudes más consolidadas.

En la intrigante trama de esta historia, Pedro (Ezequiel Rodríguez) y Jimi (Demián Salomón) son dos hermanos que viven en el campo. El encuentro de un cadáver entre los árboles los lleva a un descubrimiento aún peor: en una casa cercana, un “embichado”, una persona poseída por un demonio que quiere nacer en este plano. Ignorados por las autoridades, y convencidos por Ruiz (Luis Ziembrowski), el patrón del lugar, deciden que lo mejor es deshacerse del “encarnado” (otra de las expresiones que utilizan para la posesión).

Y así lo hacen, o lo intentan, porque a partir de ahí todo sale mal. Durante una hora y media, Rugna despliega un espectáculo de mucha tensión y bastante violencia, aprovechando los espacios y manteniendo a sus personajes en un movimiento casi constante, al menos en la primera hora.                                                                        

Mi 8 de calificación a este filme, que, con su sencilla trama, que los vecinos de un pequeño pueblo rural descubren que un demonio está a punto de nacer entre ellos, intentan escapar desesperadamente, pero puede que sea demasiado tarde. El entorno rural opresivo, la ruta, el pueblo, un caserón, una escuela; distintos escenarios en los que se ratifica el talento del director para generar miedo y brutalidad desde la puesta en escena con un ejemplo claro es la secuencia que incluye a una perra.

Puede que, pasada la mitad, y antes del amargo final, la película se desinfle un poco, y caiga en algunas explicaciones un tanto artificiales, algo que ya ocurría en Aterrados. También es cierto que se juegan las expectativas, el deseo del espectador por ver una masacre, que surge cuando la acción se traslada a un escenario urbano.

Las posibilidades del mal como una infección que se extiende por las calles parecía un camino tentador, pero Rugna devuelve a los protagonistas al campo, a la lucha de unos pocos contra un enemigo que los excede. Por supuesto, la razón está de su lado. Las cuestiones que se le pueden encontrar a la película (los acentos impostados, la intensidad de algunas actuaciones) no son más que un detalle, porque la balanza favorece a los aciertos.

El gran uso de efectos prácticos, la cámara encuadrando lo justo, provocando horror, belleza e imágenes imborrables. Lo mejor, sin duda, está en la capacidad de ‘Cuando acecha la maldad’ para construir un terror profundamente argentino, sin recurrir a los lugares clásicos y básicos para mostrarlo. Y lo peor es que su última media hora el nivel de intensidad no está tan logrado como en el arranque, obviamente por las decisiones de sus personajes que si lo pensamos bien objetivamente son lógicas en la espeluznante historia de esta película de terror.

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