Arnulfo Mata Huerta
José Luis Pérez más conocido en el ambiente deportivo como “Panameño”, fue objeto de un sincero y justo reconocimiento por su participación en la práctica del futbol amateur.
Fue en aquellos, pero muy lejanos años un chavo con mucha fibra en el terreno de juego desplazándose velozmente con balón en movimiento y burlando a los rivales defensivos hasta llegar frente a los tres postes y “jalar el gatillo” para anotar el gol.
Así era en esos inolvidables años “El Panameño” José Luis Pérez, que defendió con honor y responsabilidad varios equipos con los que jugó aquí en Victoria.
Actualmente, con sus 65 años de edad radica felizmente en Nuevo Laredo, Tamaulipas, pero ya disfrutando de la quietud en su vida familiar luego de haber prestado sus servicios en la educación donde sirvió por varios años.
Cabe señalar que este grupo integrado con ex futbolistas mensualmente viene reconociendo a quienes han entregado parte su vida a la práctica de este muy popular deporte del balompié.
El homenaje tuvo lugar en fecha reciente en “un lugar de la mancha urbana” de Ciudad Victoria.
Es Juan García quien al frente de esta agrupación está muy consciente de no olvidarse de quienes jugaron este deporte del balompié y en la reunión al “Panameño” se le entregó placa de reconocimiento siendo muy felicitado por todos los presentes.
“El Panameño” firmó con varios equipos de Victoria y entrevistado por este reportero respecto a su homenaje José Luis dijo lo siguiente:
“Jugué con varios equipos, entre ellos Cuartos Independientes, estuve en un campeonato Nacional celebrado en Oaxtepec, Morelos, como parte de los Juegos del Sector Obrero”.
Agrega: “Esto lo conseguimos luego de ganar el campeonato estatal”.
En la reunión se hicieron presentes los siguientes ex futbolistas: Francisco Quezada, Pablo Sánchez, Eliecer Calderón, Juan Chon Prieto, Alejandro Buerón, Daniel Arévalo, por citar algunos de ellos.
La narración no es muy completa por haberla recopilado en forma telefónica, pero con la sana intención de aportar algo pues conocimos al “Panameño”, incluso fue nuestro alumno en la pelota caliente en la que era un jugador muy veloz recorriendo las bases y fuimos nosotros, modestia y aparte, quienes lo bautizamos con el apodo del Panameño por su color de piel.
Siempre con la sonrisa a flor de labio.
Agradeciendo a Mario Alberto Hernández, por las fotos facilitadas.
