mayo 20, 2024
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Mamá de lejos, con los sentimientos intactos

mayo 10, 2024 | 208 vistas

Patricia Azuara

Cd. Victoria, Tam.-
“Fue una decisión muy difícil, pero necesaria”, respondió Katia, y su voz se entrecortó, al recordar lo complicado y doloroso que fue dejar a sus hijos para migrar a Estados Unidos en busca de un trabajo que le permitiera cubrir deudas y gastos de los menores.

El menor apenas tenía once meses y el mayor seis años. Tras su separación, las oportunidades para Katia empezaron a reducirse: o tomaba la decisión de irse, o las necesidades económicas iban a ganar la partida.

Un día despertó, y no se dio tiempo de pensar mucho porque podría arrepentirse, habló con sus padres, y preparó lo necesario para buscar suerte en San Antonio, Texas. Afortunadamente Katia cuenta con visa de turista, y a su llegada al vecino país, fue sin riesgo.

“Me separé hace casi un año, pues nada más un día fue como así, platicándolo con mi mamá, fue que decidimos que era momento de que yo me tenía que ir, fue difícil, muy difícil porque pues dejé a mi bebecito de apenas tenía once meses, todavía no cumplía el año, a mi niño grande, pues de seis añitos y me tuve que ir”.

 

DE ESTACIÓN MANUEL PARA EL SUEÑO AMERICANO

Originaria de Estación Manuel, los primeros días en Estados Unidos no fueron nada sencillos. Y es que llegar a un lugar, donde no conoces a nadie, no es cosa menor, y menos tener que separarte de los tuyos por necesidad, complica mucho más el escenario.

“Al mes de que yo me fui, me llevaron a mi niño, al bebé, porque cumplía su primer añito y le festejé yo allá con una pequeña fiestecita y ya de ahí no volví a ver a mi bebé, hasta el mes de febrero, a mi niño grande sí me lo llevaron una vez más, que fue en noviembre”.

Su primer trabajo fue en un restaurante donde no le fue nada bien. Tras enfrentar los malos tratos y humillaciones que padecen una gran mayoría de migrantes, buscó otro espacio laboral, donde continúa hasta el momento. De ser ama de casa en Estación Manuel, ahora realiza el noble oficio de mesera en San Antonio, Texas.

“Llegué a San Antonio pues con la idea de primero que nada ir a ver si encontraba algo, porque no era fácil, yo sé que era mi primera vez trabajando en San Antonio y llegué, me ofrecieron un trabajo el cual se portaron un poco groseros conmigo el primer día de hecho me hicieron llorar, fue algo muy difícil y no quise regresar. Al día siguiente fui a aplicar a otro restaurante en el cual me aceptaron en ese mismo ratito”.

“Mando dinero, pagué deudas que yo tenía y así es, habló con ellos por pura videollamada nada más. Ahí se puede ver las fotos donde era por videollamada y las veces que fueron a visitarme pues intentando sacarlos a pasear un poco, que conocieran un poco allá donde su mamá vivía”.

Con el deseo de obtener más ingresos y enviar más dinero a sus hijos, Katia decidió buscar otro trabajo, por lo que sus jornadas son de 5 de la mañana a 12 de la noche. Sus piernas ya cobran factura, y en ocasiones los dolores musculares son intensos.

 

¿DE QUÉ ESTÁN HECHAS LAS MUJERES?

Pero, ¿de estamos hechas las mujeres? Somos de hierro cuando nos toca enfrentar la vida con nuestros hijos a cuestas. Katia es solo un ejemplo de lo que miles y miles de madres les toca hacer para sacar a sus hijos adelante, en medio de una crisis económica histórica, donde los salarios en pesos no alcanzan para prácticamente nada.

A los meses de haber llegar a San Antonio, su suerte comenzó a cambiar, y encontró una pareja que la ha sostenido desde entonces, y de quien se abrazó para hacer más ligera la pesada carga que una mamá migrante enfrenta, cuando alcanza el sueño americano.

“Encontré a una persona que ahorita actualmente es mi pareja, un hombre muy bueno, que me ayudó a salir adelante, que me ayudó con mis hijos. Como te digo, sí fue difícil, fue algo muy difícil separarse de tus hijos, verlos nada más por una pantalla y que mi niño el grande me dijera, mami, ¿cuándo vas a venir por mí? yo ya me quiero ir contigo”.

“Y que él me dijera que se quería ir conmigo y yo por medio de una pantalla, sabes, es algo muy difícil, sí, sí fue difícil, pero fue necesario, fue algo muy necesario para sacarlos adelante a mis hijos, pero con el apoyo de mis papás siempre, claro, ellos nunca me dejaron sola, siempre me apoyaron”.

 

SUS HIJOS, LEJOS

Katia contó en todo momento con redes de apoyo familiares y de amigos, eso le permitió sobrellevar la situación sin tanta preocupación. Sus hijos en Estación Manuel están bien cuidados, mientras ella trabaja jornadas extenuares para enviar dinero.

“Claro en un ratito que tengo por ejemplo en el break de la hora de la comida, de la hora del lonche, mandaba mensajes a mi mamá preguntando por ellos y pues siempre por fotos, por videos que me mandaban, difícil, como te digo, verlos a través de una pantalla es difícil, cuando ellos vienen es como que la mayor alegría”.

“Saber que vienen en camino, los esperas con ansia, pero saber que tienen un día fijo para su regreso, yo quería que mis días se me hicieran eternos para tenerlos más, para aprovecharlos y estar con ellos, pero pues no, se llega el día que se tienen que ir y sí, las despedidas siempre han sido muy difíciles, siempre han sido tristes”.

“Claro me quedo yo trabajando y ellos se tenían que ir, pero sí es algo difícil, se vive difícil, se la pasa muy duro, pero la esperanza es como que siempre la de yo voy a ir, yo en mayo voy, yo en mayo voy y es como que fijas esa meta en tu cabeza y diciendo en mayo voy a ir a disfrutarlos un tiempo”.

“Estar con mis hijos, pasar tiempo con ellos y es como que tu meta es de ok, vamos a juntar dinero porque nos tenemos que ir y para poderlos sacar, para poderlos pasear, para poderles dar una buena vida, entonces es mi motivación de día a día como para decir, los voy a ver y voy a pasar tiempo con ellos y voy a estar con ellos de nuevo”.

 

SÍ LOS VIO

En el marco del Día de las Madres Katia tuvo la fortuna de llegar a Estación Manuel con sus hijos para festejar, pero hay muchos otros casos en donde la distancia se convierte en una barrera irrompible entre madres e hijos.

“Veme aquí regresando, te lo juro que las horas en camino se me hicieron eternas porque yo ya quería llegar y ya estar con ellos, estar aquí en González, estar con ellos y pues sí, sí, sí, es algo muy bonito, los días se me están pasando muy bonitos, pero pues también es como que todo lo que una madre hace es para el bien de los hijos”.

“Todo lo que una madre hace siempre va a ser con una meta y la meta siempre van a ser tus hijos y eso es lo que te motiva a salir adelante, a que día a día digas tú, me tengo que levantar, yo a veces del trabajo y como llegaba, me bañaba, me alistaba y para dormir era de que pues nada más eso y mis piernas se me entumían de tantas horas trabajando, de tantas horas parada, pero pues ya decías es por algo bien, es por mis hijos y siempre fue lo que me hizo salir adelante y ser más fuerte, decir es por ellos y es para ellos”.

 

 

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