noviembre 23, 2024
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Criticando a ‘Bad Boys 4’

junio 18, 2024 | 175 vistas

Lic. Ernesto Lerma

La cuarta parte de la franquicia hollywoodense se siente cansada y casi sin química donde Lowrey y Burnett, los policías más incontrolables en la ciudad de Miami, se embarcan en una misión para limpiar el nombre de su mentor, el capitán Howard en la investigación les convertirá en fugitivos que huyen de sus propios compañeros. Porque la nueva entrega de la saga de acción con Will Smith y Martin Lawrence no llega a los aciertos de la tercera parte y ofrece diversión algo esporádica.

Los primeros minutos de “Bad Boys: hasta la muerte” son un cachivache. También son lo mejor. No porque estén cargados de decisiones cinematográficas de alto nivel, sino porque parecen continuar y profundizar el espíritu prosaico de la entrega anterior. En este arranque, los directores Adil El Arbi y Bilall Fallah proponen un juego metafísico cercano, desde la estética, al cine de superhéroes para poner en escena un paro cardíaco y un viaje a una suerte de paraíso donde le dicen al personaje de Martin Lawrence que todavía no es su momento.

Todo esto, entre situaciones de comedia atolondrada, una sucesión de planos sin sentido (que incluye uno desde adentro de un reloj) y un conflicto que se tarda como media hora en hacerse presente. La idea de un filme absolutamente libre, casi anárquico, no es promesa de gran película por defecto, pero sí de una que parece no tomarse nada demasiado en serio y que se anima a llevar a su espectador potencial por un camino de locura inclasificable. Pero son promesas que se quedan ahí.

“Bad Boys” es una saga que nació en 1995, fue un éxito inesperado y sirvió de trampolín no sólo para la carrera de Will Smith como héroe de acción sino para Michael Bay como director. La segunda, también con Bay detrás de cámaras, llegó en 2003 y la tercera, ya con El Arbi y Fallah, arribó a las salas recién en 2020. Aquella tercera se despegaba bastante del humor conservador de las dos primeras entregas y ofrecía a cambio algunas secuencias de acción bien filmadas, lejanas al espíritu epiléptico de Bay, pero donde hacía el giro que lograba nuestro interés era en una subtrama con elementos familiares que tenía el espíritu de las telenovelas y la volvían berreta en ese punto exacto en que no terminaba de caer a la vergüenza ajena.

Esta cuarta entrega se convierte en una más de “Bad Boys”, es decir una buddy movie esporádicamente divertida. Lo primero que vemos en la película es un primer plano de un cartel que dice Miami. Por lo tanto, estimado lector, todo lo que usted imagina desde el prejuicio sobre Miami es lo que “Hasta la muerte” vendrá a representar con una emoción digna de mejores causas. Un poco como la saga de “Rápidos y Furiosos”, y no deja de ser curioso cómo en este regreso “Bad Boys” termina reconociéndose en la muy posterior franquicia protagonizada por de Vin Diesel, la acción da paso a una idea de familia que es lo que viene a sostener a los protagonistas.

Pero lamentablemente El Arbi y Fallah no tienen aquí mucho más para ofrecer que algunos sinsentidos divertidos en una trama que apuesta por una investigación interna para descubrir a unos agentes corruptos, que adivinamos en dos planos. Y, claro, nos preguntamos qué hace una gran actriz como Rhea Seehorn involucrada en esto. Una película descartable, sólo sostenida por la química entre Smith y Lawrence que, parece, se divierten haciendo esto. Esta película pierde el factor sorpresa para quedarse en un digno título de acción y chistes. Entre un Lawrence desatadísimo por los efectos de una experiencia cercana a la muerte y un Smith cuyo personaje encara los efectos de una paternidad por sorpresa, la cinta queda fiada a la vocación de estilo de sus directores.

Mi siete de calificación a esta cinta, y ya es hora de admitirlo, la saga de “Bad Boys” siempre ha sido una copia inferior a la de “Arma Mortal” con Will Smith en el papel de un Mel Gibson menos traumado y Martin Lawrence encarnando a un Danny Glover menos viejo. Con el perdón de Martin Scorsese, las películas de Marvel no son las responsables de todo lo que está mal en Hollywood. Las franquicias causantes del desastre tienen nombre propio: “Rápido y Furiosos”, “Megalodón”, “Resident Evil”, “Saw” y, por supuesto, los trabajos de Michael Bay, quien atiborró las pantallas con cinco películas de “Transformers”, cada una peor que la anterior.

Ante la tendencia de reciclar las franquicias cinematográficas exitosas para un público que prefiere lo probado a lo nuevo, se resucita diecisiete años después a “Bad Boys”, esta vez con una tercera parte dirigida por Adil El Arbi y Bilall Fallah en reemplazo de Bay. El resultado no pudo haber sido más decepcionante. “Bad Boys: Ride or Die” no deja de ser una invocación a un Hollywood de explosiones y one liners que ya solo existe en el recuerdo.

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