Alfredo Guevara
Cd. Victoria, Tam.-
Una reforma Constitucional para crear un solo Instituto que se encargue de la preparación, organización y desarrollo de los procesos eleccionarios afectaría a los organismos públicos locales, como el Instituto Electoral de Tamaulipas (Ietam), admitió Juan José Ramos Charre.
El presidente de este Instituto admitió que todas las modificaciones, en este caso al marco jurídico electoral, tienen que darse primero a nivel Constitucional, sobre todo al Artículo 41 de la Constitución y posteriormente a la parte estatal, como corresponde de acuerdo a la legislación.
Dijo que si bien el modelo actual de los organismos públicos locales funciona bien y con competencias claras de las autoridades, tanto a nivel federal como estatal, además de que cumplen un papel importante en la organización de los procesos electorales, han aportado grandes cambios al sistema político y democrático.
Estableció que el Instituto Electoral de Tamaulipas cumplió 29 años organizando exitosamente elecciones locales, las cuales suman a la fecha 13 procesos electorales en la entidad y representa la autoridad más cercana con la población, como sucedió en la pasada elección, con una presencia en los 43 municipios de la entidad.
Admitió que dentro de la reforma Constitucional que se plantea a nivel federal, hay la intención de desaparecer los organismos públicos locales, como el Ietam, e incluso el Instituto Nacional Electoral (INE), algo que consideró no es de hoy, sino que se ha dado desde hace tiempo.
“En los últimos años siempre ha habido una discusión respecto al federalismo electoral y la continua propuesta del centralismo donde sea sólo una autoridad la que se haga cargo de las elecciones y las consultas ciudadanas”, indicó.
Sin embargo, expuso que los organismos públicos locales electorales no sólo han dado muestra de su capacidad para organizar los recientes procesos electorales sino también es la autoridad más cercana al ciudadano.
Ramos Charre consideró que las opiniones coinciden en que el modelo electoral vigente funciona, es eficaz y garantiza la certidumbre de las reglas y, a la par, la veracidad de los resultados, “sin que ello no signifique que todo funciona a la perfección o que requiere mejoras o ajustes, pero los cambios deben darse del marco actual, e incluso en ocasiones en otras áreas del funcionamiento del Estado y no precisamente en la arena electoral”, apuntó.
