Rogelio Rodríguez Mendoza
Cd. Victoria, Tam.-
El Congreso del Estado le dio entrada a una iniciativa de decreto que busca prevenir y castigar el acoso o “bullying” contra los maestros por parte de alumnos y padres de familia.
La acción legislativa presentada por el diputado de Morena, Juan Vital Román Martínez, consiste en la adición, a la ley de Educación, de un capítulo segundo denominado “De la Protección Integral para las y los maestros, el cual constaría de siete artículos.
En dicho capítulo se establecerá que, el acoso es “cualquier acto de violencia física, psicológica, verbal, sexual o por medios digitales dirigido hacia las y los maestros que menoscabe su integridad, dignidad, salud o desempeño laboral”.
Las escuelas estarán obligadas a desarrollar programas permanentes de sensibilización a alumnos, padres y tutores sobre el respeto, la tolerancia y la convivencia escolar.
También deberán implementar protocolos de actuación y prevención del acoso, los cuales deberán ser conocidos y accesibles para toda la comunidad educativa.
Los alumnos que ejerzan acoso contra los maestros serán sancionados con amonestaciones, o en casos graves, la suspensión o cambio de plantel del alumno.
Por su parte, los padres de familia que incurran en actos de acoso hacia el personal docente o administrativo podrán ser sujetos a medidas que limiten su acceso a las instalaciones educativas y, en casos graves, a procedimientos legales conforme a la legislación vigente.
Román Martínez, quien también es presidente de la comisión de educación, señaló que el acoso contra los maestros es un problema que se ha venido agravando durante los últimos años.
“Hoy en día, existe poca información documentada acerca de la violencia escolar que deben soportar las y los maestros en casi todos los niveles del sistema educativo nacional, y esto se ha vuelto un problema común que, de no encontrar una buena solución, propiciará que ya nadie quiera ir a enseñar a una escuela por temor a que lo demanden o despidan sin ningún miramiento” refirió
De hecho, explicó, las instituciones educativas han comenzado a restringir las acciones de los docentes, temerosos de posibles demandas, incluso en la forma en que estos establecen el orden en el aula.
“Esta dinámica ha moldeado a las nuevas generaciones, quienes han crecido con una baja tolerancia a la frustración, mostrando tendencias egoístas y manipuladoras, y desarrollando una mentalidad de que siempre pueden salirse con la suya, sin considerar las consecuencias” sentenció.
