Rogelio Rodríguez Mendoza
Cd. Victoria, Tam.-
Luego de 12 años de mantenerse reprobados y ser calificados como los peores del país, los penales de Tamaulipas aprobaron de “panzazo” el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria (DNSP) que cada año realiza la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
Al dar a conocer los resultados del DNSP del año 2023, la Comisión otorgó a los reclusorios de Tamaulipas una calificación de 6.03 en su evaluación.
Sin embargo, de los cinco penales evaluados solamente tres obtuvieron calificación aprobatoria, mientras que dos, los de Matamoros y Reynosa, siguen reprobados.
El Centro de Ejecución de Sanciones (Cedes) de Matamoros obtuvo una calificación de 4.59; el de Reynosa, de 4.80; el de Nuevo Laredo, 6.44; el de Victoria, 6.72; y el de Altamira, 7.58.
De acuerdo con la CNDH, los penales de Matamoros y Reynosa no garantizan la integridad de los internos; no tienen condiciones para una estancia digna; no cuentan con condiciones de gobernabilidad; y no logran la reinserción social de las personas privadas de la libertad.
DEFICIENCIAS
Con ello, las cárceles presentan deficiencias en los servicios de salud; deficiente separación entre hombres y mujeres; falta de prevención de violaciones a derechos humanos y de atención en caso de detección; e insuficiencia de programas para la prevención y atención de incidentes violentos.
Además, se les detectaron deficiencias en la alimentación, en las condiciones materiales e higiene de sus instalaciones, tanto en celdas, cocina y área médica.
Por otra parte, cuentan con deficiencias en el procedimiento para la imposición de las sanciones disciplinarias; y falta de capacitación del personal penitenciario.
POR FIN PASAN
Es la primera vez, en 12 años, que los Cedes de Tamaulipas logran aprobar la evaluación de la CNDH.
De hecho, desde el 2006, cuando el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria, (DNSP) fue establecido en la Ley de la Comisión Nacional de Derecho Humanos (CNDH), los penales de Tamaulipas han estado entre los peores evaluados.
El DNSP tiene como función examinar la situación que impera en el sistema penitenciario nacional, por medio de evaluaciones de cada uno de los centros que se supervisan, en donde se verifican las condiciones de estancia e internamiento de las personas procesadas y sentenciadas, ponderando, ante todo, el respeto y la observancia a los Derechos Humanos.
El único periodo en el que los Cedes habían obtenido evaluación aprobatoria fue el comprendido del 2007 al 2010, cuando era gobernador el priista Eugenio Hernández Flores.
En el 2007 fue calificado con un 7; en el 2008 con un 7.58; en el 2009 con un 7.75; y en el 2010 con un 8.04, para ser está última la mejor evaluación obtenida por los penales de Tamaulipas.
Durante esos cuatro años, Tamaulipas se mantuvo entre los diez estados con mejor sistema penitenciario. Llegó a ser el quinto, sexto y séptimo estado con los penales más funcionales.
Sin embargo, a partir del 2011 vino la debacle y a partir de ahí los penales han sido un desastre.
ABANDONO
El abandono que padecieron en ese sexenio, y el que encabezó el panista Francisco García Cabeza de Vaca, hundió los reclusorios.
En 2011 la CNDH los calificó con un 5.88; en 2012 con un 5.67; en 2013 con un 5.37; en 2014 con un 5.14; en 2015 con un 5.29; en 2016 con un 4.95; en 2017 con un 4.71; en 2018 con un 4.92; en 2019 con un 5.42; en 2020 con un 5.24; en 2021 con un 5.73; y en 2022 con un 4.26.
Actualmente el sistema penitenciario de la entidad es el más deficiente de México.
Las deficiencias de los reclusorios del estado han sido prácticamente las mismas de siempre: padecen autogobiernos, insuficiencia de personal de seguridad y custodia, y en todos hay presencia de actividad ilícita.
Presentan carencias en servicios de salud. No tienen programas de prevención de derechos humanos ni para prevenir incidentes violentos.
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