José del Carmen Perales Rodríguez
El promedio de 230 casos por semana de enfermedades diarreicas a nivel estatal se puede considerar como normal, sin embargo existen municipios como Tampico, Madero, Altamira y Victoria donde se incrementó la vigilancia principalmente sobre el agua que se distribuye en la red.
Mario Rebolledo Urcadiz, encargado de despacho de la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Coepris), comentó lo anterior y añadió que de acuerdo con los reportes epidemiológicos las variaciones al alza no están relacionadas con el vital líquido.
“Han aparecido enfermedades diarreicas en ciertas partes del estado pero no corresponden a situaciones del agua, eso se demuestra fácilmente porque diariamente intercambiamos información con el área de epidemiología de las jurisdicciones sanitarias”, comentó.
El comisionado agregó que a partir de esos reportes revisan de inmediato el nivel del cloro residual en la red hidráulica, sin embargo como sucedió en el caso de Altamira donde aumentaron los casos diarreicos se encontró que la concentración de cloro es la normal.
“Por lo que podemos decir que no tiene relación una cosa con la otra sino que tiene qué buscarse otro origen de esa alza, lo que hace el área de epidemiología. Eso nos da tranquilidad porque se hablaba de un gran brote en el sur, pero encontramos que no es así”, apuntó
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Rebolledo Urcadiz precisó que los municipios que mayor problema han tenido con puntos que registran baja en los niveles de cloro residual, son Tampico, Madero, Altamira y Victoria mientras que en el norte no han tenido reportes sobre ese indicador.
“La sospecha se dirige más que nada al manejo de alimentos y en el sur sí podría ser por el agua, porque muchas personas decidieron concentrar agua durante la crisis hídrica sin embargo la tuvieron a la intemperie, por lo que se pudo haber contaminado”, finalizó.
