agosto 24, 2024
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La viuda de Max Ávila Camacho

julio 15, 2024 | 298 vistas

Francisco Ramos Aguirre

Cd. Victoria, Tam.-
La presencia de Bárbara Margarita Richardi Romagnoli en Ciudad Victoria, Tamaulipas, podría considerarse un capítulo pendiente de la novela Arráncame La Vida, de la escritora Ángeles Mastreta. Todo sucedió a mediados de los años cuarenta del siglo pasado, cuando la esposa y viuda del general Maximino Ávila Camacho mantuvo discretamente en esta población un encuentro amoroso con Jorge Vélez, actor poblano y productor cinematográfico.

Es probable que esta relación sentimental de tintes dramáticos surgiera poco antes de la muerte del controvertido general revolucionario y político el 17 de febrero de 1945. Ese día su consorte se encontraba presenciando una película en el Cine Chapultepec, cuando le avisaron del sorpresivo fallecimiento de su marido en la ciudad de Puebla, presuntamente por envenenamiento.

Para sorpresa de sus ex esposas y varios hijos, por decisión de Maximino su consorte Bárbara Margarita se convirtió en la única heredera de todos sus bienes, que sumaban cientos de millones de pesos, entre ellos la Plaza de Toros México, obras de arte, edificio Sanborns, ranchos, hoteles, balnearios, cuantas bancarias, cuadras de caballos y dinero en efectivo. Además, sin la presión del mencionado personaje, Margarita decidió contraer matrimonio con el mencionado artista.

 

CONTRA MARGARITA

Como era de esperarse, esta situación enfureció a varios de los hijos de Maximino, quien organizó dos atentados a balazos contra la pareja. El principal motivo se relacionaba con el reparto testamentario del hermano incómodo del presidente Manuel. El primer atentado estuvo a cargo de su yerno Hugo Olvera Villafaña, y sucedió a finales de 1945, donde resultó herido el actor Vélez y falleció su sobrina Teresita Bonfigli de Richardi. Otra de las agresiones fue en 1947 y tuvo lugar cerca del aeropuerto de la capital mexicana, mientras se disponían viajar a Roma, vía Nueva York para contraer matrimonio religioso. Esta ocasión ambos resultaron heridos, aunque el asalto pudo costarles la vida.

 

EL CHARRO NEGRO

En medio de todo esto, para proteger su integridad física, el célebre matrimonio abandonó la capital del país para continuar su idilio amoroso lo más lejano posible del escenario de los sangrientos sucesos. Alrededor de 1946 llegaron a Ciudad Victoria, probablemente recomendados por Francisco Arce El Charro Negro un personaje cercano muy a Maximino, administrador de sus haciendas, guardaespaldas y pistolero a sueldo. En marzo de 1938 estuvo implicado en la muerte del senador nuevoleonés Federico Idar, durante un pleito a balazos en la cantina La Ópera de la capital del país.

Por circunstancias políticas, Arce era amigo del ex presidente Emilio Portes Gil. Bajo estas circunstancias, se corrió la versión que el ingeniero Marte R. Gómez, entonces gobernador de Tamaulipas, le brindó protección en un rancho cercano a la Capital tamaulipeca. El asunto llegó a la Cámara de Diputados, saliendo en su defensa el profesor Juan Rincón, miembro de la camarilla portesgilsta. Lo cierto es que el gobernador Maximino Ávila Camcho fue quien lo escondió en su hacienda cercana a Tezuitlán, Puebla.

Para entonces, su hermano Rafael, de origen español y temperamento opuesto al Charro Negro, radicaba en la Capital tamaulipeca. Gracias a las alianzas políticas entre ávilacamachistas y portesgilistas ocupó importantes cargos durante los gobiernos de Marte R. Gómez, Magdaleno Aguilar y Hugo Pedro González, quien lo nombró Tesorero de la Junta Local de Caminos. Incluso la prensa lo mencionaba como precandidato para suceder al gobernador Magdaleno Aguilar Castillo.

 

MARGARITA Y JORGE

Para quienes tenían acceso a las altas esferas del poder político y social de aquella, la presencia de Margarita y Jorge no pasó desapercibida en Ciudad Victoria. Al principio, probablemente a mediados de los cuarenta se hospedaron un par de meses en el Hotel Sierra Gorda. Mantenían una presencia de bajo perfil y compartían amistad con un grupo reducido de victorenses. Después, se trasladaron a una finca campestre ubicada cerca de Subida Alta que probablemente les vendió Magdaleno Aguilar. Ahí construyeron una casa y establecieron su nido de amor. Según el ingeniero José Salazar Canales, el matrimonio recibía visitas de amigos muy cercanos procedentes de la capital del país. Por ejemplo, se hablaba del rejoneador Juan Cañedo, Howard S. Phillips esposo de Dolores Olmedo y los toreros Conchita Cintrón y Sidronio Rodríguez.

Su discreta estancia en Ciudad Victoria pudo ser el punto de partida para retomar su antiguo proyecto de emigrar vía Nuevo Laredo hacia Nueva York y posteriormente a Canadá. De esta metrópoli, volarían a Roma para legalizar su matrimonio ante la iglesia católica, pues se habían casado por las leyes civiles en el Hospital Inglés, donde Vélez convalecía. Respecto a la incursión de Vélez en el cine, al menos se mantuvo en esta actividad hasta 1946. En resumen, produjo y actuó en 16 películas. A partir de aquel año, prácticamente se había retirado de las cámaras.

Probablemente, las heridas que recibió durante el segundo atentado motivaron que se alejara de los escenarios, aunque otro de los motivos pudo ser la seguridad económica que le brindó su esposa y viuda millonaria. A finales de enero de 1948, los esposos Jorge Vélez y Margarita Richard radicaban en la ciudad de Brownsville, Texas, a donde llegaron en 1946. Ese mismo mes Margarita abordó un avión en esa población fronteriza, presuntamente con rumbo a la capital del país.

 

A ORILLAS DE LA LAGUNA MADRE

La pareja estaba construyendo una gran mansión en Punta Isabel, a orillas de la Laguna Madre. “En el puerto de Brownsville se aglomeraron numerosas personas, a efecto de ver de cerca a la discutida viuda de Don Maximino cuando bordó la nave aérea. La presencia de los esposos Vélez Richardi en esta población causó muchos variados comentarios. En enero de 1957 se registra la llegada de Margarita a la mencionada ciudad, a bordo de un avión de la compañía American World Airways.

Durante muchos años, la vida de esta célebre pareja fue tema de numerosos comentarios periodísticos que aparecieron en las páginas de los principales diarios del país. Finalmente, Jorge Vélez murió en 1970 y Margarita le sobrevivió hasta 2009, sin procrear familia con el artista. En edad centenaria, en la primera década del siglo XXI falleció en la miseria en una casa de huéspedes de la capital del país que compartía con su hija Gloria.

Así terminaron los años de gloria de esta mujer origen italiano que se convirtió en heredera de un gran capital económico. En 1947 durante la post guerra, donó a los habitantes pobres de países europeos “…un vagón de polvo en leche, huevos y carne.” Lo mismo en sus años de vocación caritativa, inauguró en Tacubaya el Centro de Asistencia Infantil Policlínica Bárbara Margarita Richardi de Ávila Camacho.”

(Periódico El Noticiero/Ciudad Victoria, Tam. 24 de enero de 1948).

 

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