Rogelio Rodríguez Mendoza
Cd. Victoria, Tam.-
La Diputación Permanente recibió una iniciativa de reforma al Código Penal, para que en los casos de robo famélico o por hambre, no se requiera el perdón del ofendido para que el acusado obtenga su libertad.
El robo famélico o robo por hambre es la forma coloquial de llamar al delito de robo simple sin violencia que comete una persona para hacerse de alimentos para comer, por sufrir hambre extrema él o ella, o sus familiares.
Se calcula que en las cárceles del país existen alrededor de 110 mil personas acusadas de robo simple, y de ellas hay alrededor de siete mil, en su mayoría mujeres, que son primodelincuentes, y cuyos montos de los robos que se les atribuyen no rebasan los mil pesos.
Ante ello, la diputada del PAN, Mirna Flores Cantú, plantea reformar el artículo 413 del ordenamiento punitivo del estado, para adicionarle un segundo párrafo, en el que se señale que:
“En este caso donde el robo se haya comprobado fehacientemente que tuvo como fin el satisfacer sus necesidades primarias, de sus hijos, padres, hermanos o personas bajo su cuidado y dependencia económica, el perdón de la víctima no será necesario para que el Ministerio Publico desista de la acción penal de la persona que cometa este delito”.
La diputada por Reynosa argumentó que existen miles de personas detenidas por robo famélico o por necesidad, y no pueden salir en libertad porque requieren el perdón del ofendido o porque carecen de un abogado que los defienda.
“En síntesis, el objeto de la presente acción legislativa busca que en los casos donde el robo se haya comprobado fehacientemente que la persona que cometió dicho delito y que tuvo como fin el satisfacer sus necesidades primarias, de sus hijos, padres, hermanos o personas bajo su cuidado y dependencia económica; el perdón de la víctima no será necesario para que el Ministerio Publico desista de la acción penal de la persona que cometa este delito. Recordemos que la apariencia delictiva no pretende dañar a la víctima sino obtener únicamente lo necesario para su sobrevivencia en estricto sentido”, refirió.
Y añadió: “No podemos seguir ignorando y cerrando los ojos a este fenómeno de la pobreza que ha ido en crecimiento y que tanto ha dañado a nuestros ciudadanos, al grado de llegar a delinquir por cubrir su alimentación o medicamentos y que sean señalados como criminales cuando la necesidad los impulsa a satisfacer sus necesidades, para subsistir solamente”.
