septiembre 15, 2024
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Criticando a ‘Alien: Romulus’

agosto 27, 2024 | 189 vistas

Lic. Ernesto Lerma

La novena película sobre “Alien” es la quinta parte que todos los amantes de la saga necesitábamos. A finales de los años setenta, el director Ridley Scott se robó descaradamente las premisas de “The Thing From Another World” (1951) e “It Came From Outer Space” (1953), así como los diseños de H.R. Giger (posiblemente también el storyboard de “Dune” de Alejandro Jodorowsky y Moebius), para cambiar la historia del cine de ciencia ficción con “Alien”.

Esa es una elegante y aterradora cinta en la que siete personas se enfrentan a un salvaje y letal alienígena de connotaciones freudianas. En la segunda mitad de los años ochenta, James Cameron retoma la cinta de Scott y la lleva hacia el terreno de la acción futurista en la visceral “Aliens”, una película tan poderosa y contundente como su predecesora.

A comienzos de los noventa, un desconocido David Fincher, abandonó el mundo de los videos musicales para incursionar en el cine con la tercera parte de “Alien”, y el resultado fue un fracaso de taquilla. No se lo merecía, ya que su cinta agreste y oscura que ocultaba una alegoría sobre el HIV es digna sucesora de las dos entregas anteriores. Lo mismo sucedió con “Alien Resurrection” de 1997.

El francés Jean-Pierre Jeunet trajo consigo su delirante propuesta estética exhibida en sus obras maestras “Delicatessen” y “La ciudad de los niños perdidos” y la utilizó en una fábula macabra sobre el miedo a la maternidad que recuperó los visos psicoanalíticos de la primera parte. El resultado fue otro inmerecido fracaso de taquilla. Los estudios 20th Century Fox decidieron abandonar la idea de darle a unos verdaderos autores la opción de contar su propia versión de la propuesta de Scott y optaron por un horrible crossover entre “Alien” y “Depredador”.

Scott decidió reclamar la saga para sí y eso tampoco ayudó mucho. “Prometheus” fue una precuela muy irregular que se salva gracias a una magnífica actuación de Michael Fassbender como un androide imitador de Peter O’Toole. Y “Covenant”, que fue tan mala como el crossovers con “Depredador” y no parece que fuera dirigida por la misma persona que adaptó el clásico cyberpunk de Philip K. Dick conocido como “Blade Runner”.

Ahora, en lo que parecía ser una inevitable espiral descendente que infectó la cuatrilogía adorada por los verdaderos amantes de la ciencia ficción y el terror, llega un milagro. Los uruguayos Fede Álvarez y Rodo Sayagués, responsables de la estupenda saga de suspenso conocida como “Don’t Breathe” y de hacer secuelas más que dignas de las franquicias “Evil Dead”, “Millennium” y “Texas Chainsaw Massacre”, le brindan todo su amor y pasión cinéfila a la serie de “Alien” y nos entregan una novena película.

Misma que es la quinta parte que todos los seguidores de la cuatrilogía estábamos esperando. Así como Dan Trachtenberg revivió a “Depredador” con “Prey”, una maravillosa quinta película que merecía haber sido estrenada en cines, “Alien: Romulus”, con dirección de Álvarez y guion coescrito por Sayagués, es un trabajo pequeño, sucio, violento, dislocador y salvaje que nos recuerda lo aterradora que fue la primera parte, lo brutal que fue la segunda, lo escabrosa que fue la tercera y lo delirante que fue la cuarta.

Mi ocho de calificación a esta producción fílmica en esta nueva entrega que es ciertamente un entretenimiento competente, aunque también una muestra de que la franquicia ya no tiene muchas ideas nuevas para ofrecer porque si se lo piensa un poco, queda bastante claro que todo lo que tenía para aportar al cine, e incluso a Hollywood, la franquicia de “Alien” ya fue dado en las dos primeras entregas. La película de Ridley Scott era una temible fusión de relato preciso y contenido con una estética de la monstruosidad que todavía sigue siendo influyente.

“Aliens” fue una demostración de cómo cambiar el terror por la acción sin resignar climas ominosos, a la vez que anticipaba lo que vendría en el futuro de la carrera de un realizador decisivo como James Cameron. Después, por más que “Alien 3” mató a Ellen Ripley y “Alien la resurrección” la revivió, no contribuyeron con nada realmente nuevo, por más que detrás de ambos filmes había directores con ínfulas autorales.

Fede Álvarez podrá gritar a los cuatro vientos que es fan de la franquicia, pero tampoco es tonto y se hace cargo de lo que está a la vista: no hay mucho nuevo para decir, aunque sí hay a disposición un imaginario potente, capaz de ser un vehículo para distintos relatos y formatos. Por eso en “Alien: Romulus” lleva a cabo un movimiento simple, pero rendidor: volver a contar una historia que ya conoce y utilizó, pero pasándola por el filtro de la ciencia ficción y el terror de la saga, con la que dialoga permanentemente.

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