Patricia Azuara
Cd. Victoria, Tam.-
“Con sentimientos encontrados y una sensación agridulce, decidí quedarme”, recordó Cuauhtémoc Javier Salinas Mansur.
El economista tamaulipeco, nativo de Ciudad Victoria, amante de las “flautas de harina” y la gastronomía del Estado, decidió migrar a Santiago de Chile, entre otros factores, por la inseguridad que golpeó la entidad en 2010.
“Temo”, como es conocido entre amigos y familia, llegó al país sudamericano a inicios del 2008 junto a Sheyla, su ahora esposa. Ambos migraron a continuar sus estudios: ella un doctorado en economía en la Universidad de Chile y él una maestría en macroeconomía aplicada en la Pontificia Universidad Católica de Chile.
“La idea era regresar a México al terminar los estudios, pero cuando llegó el momento, la situación económica y de seguridad era compleja en el norte de México, y nosotros acá teníamos propuestas laborales interesantes, por lo que, con sentimientos encontrados y una sensación agridulce, tomamos la decisión de quedarnos en Chile”.
Tomar la decisión fue difícil, y todavía se le ponen los ojos cristalinos cuando pienso en aquellos momentos: la familia, los amigos, la comida, dijo al recordar, que en retrospectiva muy buena decisión.
“Chile nos ha recibido con mucho cariño, y hoy, siendo papás de dos niños maravillosos (David y Fernanda), también nos damos cuenta de cómo crecen acá, con una perspectiva de vida y oportunidades diferentes a las que nosotros tuvimos”.
POCOS MEXICANOS EN CHILE
Creo que algo que enfrenta todo migrante, no solo en Chile, sostuvo, es la construcción de nuevas redes: desde amigos para pasar el rato, hasta colegas con los que se pueda contar en temas laborales u otros padres de familia de confianza, para temas domésticos o familiares.
“La comunidad de mexicanos en Chile es pequeña, y tenemos un par de buenos amigos paisanos acá, pero uno aprende a convivir con otros extranjeros y con chilenos”.
Y aunque la diversidad cultural hace que todo sea muy entretenido, en septiembre y sus fiestas patrias, llega el añoro, “ahora que se acerca septiembre y que en Chile se celebran también las fiestas patrias, se extraña un poquito más”.
“También tengo que decir que los chilenos son más serios que los mexicanos, pero tienen un cariño especial por nuestro país y su cultura, y una vez entrando en confianza se nota que son personas muy buenas”.
Lo que más extraña el victorense es la familia y los amigos, pero adaptarse a la comida fue lo más complejo, tanto, que cada año que vuelve a Victoria, “come y come y come y come todos los antojos que puede”.
“Cuando te vas de México te das cuenta de lo rica y variada que es la comida, Además, acá son más de pan que de tortilla, uno puede conseguir algunos ingredientes, pero no son parte del día a día”.
“Me da la impresión que la llegada de colombianos y venezolanos al país ha aumentado la oferta de alimentos elaborados a base de maíz; pero no son iguales”.
SU TRIUNFO
Tras 16 años en Sudamérica, ‘Temo’ es el economista jefe de LarrainVial, el banco de inversión más grande de Chile. Su trabajo consiste en darle seguimiento a las economías de Chile, Perú y Colombia para asesorar en esta materia a inversionistas institucionales, tanto en estos como en otros países.
“Este trabajo me ha dado también la oportunidad de viajar dentro y fuera de Chile. Es muy interesante. Además, doy clases de Postgrado en algunas universidades chilenas”.
El tema de volver a México no está cerrado, aunque para ‘Temo’ y su familia sería difícil por el arraigo y cariño que ya le tomó a Chile, su nueva casa.
Su día a día es igual a lo que haría en México, aseguró, aunque no hay domingos con los abuelos y las carnes asadas son sin quesadillas, ni frijoles charros.
“Levantarnos temprano y preparar a los niños para el colegio y nosotros para ir a trabajar; parte importante del día uno la pasa en la oficina; llegar a cenar y estar un rato con la familia, y a dormir”.
Tratan de regresar una vez al año a Victoria y aprovechan para visitar a la familia, amigos y el zoológico de Tamatán, pero ‘Temo’, además, come todo el día: antojitos, tacos, chamoyadas, cosas con chile piquín… “Y trato de ir en familia a Tamatán, como que me da un poquito de nostalgia”.
“Chile nos ha tratado muy bien, hemos hecho muchos amigos acá, y es un súper lindo lugar para vivir. Siempre vamos a extrañar México, pero no se puede tener todo en la vida”.
“Me encanta Ciudad Victoria, pero nunca me imaginé viviendo allí toda mi vida; no sé por qué. Y me encantaría que mis hijos me dijeran “papá, me quiero ir a vivir a otro país”; los extrañaría, pero el mundo es cada vez más chico (y sus distancias más cortas)”.
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