Por Alfredo Guevara
Cd. Victoria, Tam.- Si no se ataca la violencia en las familias y se deja reeduca a los alumnos de primaria, secundaria y media superior, a la vuelta de unos 12 años se invertirá más en seguridad porque viene una generación más violenta y así sucesivamente, admitió José Calanda Montelongo, Coordinador de las Mesas de Seguridad en el Estado.
Lo anterior, luego de que en los últimos 15 días se haya generado una violencia entre alumnos de secundaria y media superior en Victoria como en municipios de la zona sur, en la que de los simples golpes y manotazos, se pasó al uso de navajas, elevando el nivel de agresión entre unos y otros.
Ante ello, insistió en la necesidad de hacer programas de educación familiar, al exponer que desde los matrimonios viene un desastre, donde los niños viven la violencia de los papas como de lo que hay en la calle, al estar en una sociedad en la que el ingreso no alcanza y los papas tienen que trabajar.
“Los niños son educados en la calle, donde hay gente no deseable en las esquinas y es ahí donde empiezan a normalizar la violencia, por eso es importante reeducar a los jóvenes porque si no, esto va a ser un desastre”, anticipó.
Indicó que las agresiones entre alumnos de la secundaria uno en esta Capital, entre las alumnas de un Colegio de Bachilleres y las rivalidades que hay entre estudiantes de un nivel y otro de los últimos días, en las que presuntamente hubo uso de navajas, obligó a convocar a una reunión para analizar esta situación y proponer alternativas de solución, a la Secretaría de Educación, el sistema DIF Estatal y las Mesas de Seguridad.
Calanda Montelongo consideró que en cada ciclo escolar se presentan dos o tres casos de agresiones entre alumnos, aunque cada vez hay más menores de edad que son sicarios y otros que andan en motocicleta robando.
Reiteró la necesidad de replantear el uso de la mochila transparente en las instituciones de educación, desde la primaria, secundaria y media superior con el objeto de conocer que llevan al interior y evitar el uso de armas punzocortantes, “aunque muchos papas se enojan porque se les revisa”, estableció.
