Patricia Azuara
Cd. Victoria, Tam.-
Su padre fue integrante del equipo de ingenieros que edificó el Puente Tampico, por ello su nacimiento se dio en el puerto jaibo, lugar donde vivió solo sus primeros tres años, pero suficientes para sentirse orgullosamente tamaulipeco.
Es la historia de Rafael Mejía Santana, un tampiqueño de corazón, que hoy brilla en el lejano Portugal, a donde llegó hace diez años y encontró el sitio perfecto para detener su paso por el mundo.
Desde pequeño estuvo en constante movilidad por el trabajo de su padre, que los obligó a ir de un lado para otro; vivió en varias ciudades de México, hasta que dejó el país, para mudarse a Chile con su familia.
Una vez que culminó sus estudios universitarios, buscó darle continuidad a su preparación académica, por lo que cruzó los continentes para llegar a Europa en donde radicó en Francia, Alemania, Italia y Portugal.
Al último país arribó hace una década y fue ahí donde por primera vez en su vida, decidió “echar raíz”, formar una familia, emprender un negocio, y contribuir desde su trinchera al cuidado sustentable de los animales.
“¿Por qué que estoy en Portugal? porque hice una maestría Distribuida en Lógica Computacional, que ahora pues ya se entiende mejor porque es referente a la Inteligencia Artificial, y entonces esta maestría comenzó en Alemania seis meses”.
“Luego en Italia seis meses y en Portugal es que hice el proyecto, pero después de presentar la tesis y todo, me seguí aquí otros años. O sea, eso era nada más estar aquí dos años y me quedé más. Entonces sigo en Portugal”.
PORTUGAL, EL DESTINO
Al concluir su maestría en Portugal y con ocho años de experiencia en el área de testing y en la parte de desarrollo como programador, detectó que en Portugal había mucha oferta laboral en la rama, por lo que decidió probar suerte con su propia empresa.
“Pero digamos que la parte en cuestión de la renta, lo que cuesta la renta con los salarios, está muy dispareja todavía mucho más dispareja que en México, entonces decidí empezar a hacer una empresa de servicios de tecnologías de información”.
“Y entonces estuve haciendo como freelancing de repente si el proyecto era más grande pues contrataba más personas, algún diseñador, programador y alguien que le moviera la base de datos”.
Con dicha compañía logró proyectos en Suecia, Italia, Portugal y México, hasta que llegó la pandemia, y con ello los cambios abismales que obligó al confinamiento, por aquel virus de origen chino que paralizó el mundo.
EL PROYECTO ‘SANCHO PANCHO’
Es así que nació el proyecto “Sancho Pancho” que es una empresa de “Dog Treats” que elaboran a través de un método sustentable con comida que está en buen estado, pero que las empresas desechan.
“Sancho Pancho” es saludable para tu perro y bueno para el planeta: “nuestra empresa familiar crea golosinas para perros sabrosas y ecológicas con amor y cuidado”.
La pareja tiene dos perros raza Xoloitzcuintle, y el nombre de la compañía es en honor a uno de ellos. El proyecto nació en el 2020, y a cuatro años de su formación, no deja de ir en crecimiento.
“Iniciamos un proyecto que quizás esto puede tener más relevancia en cuanto a la parte de laboral, se llama ‘Sancho Pancho’, tenemos nosotros dos perritos Xoloitzcuintle y uno se llama Pancho”.
Es un proyecto sustentable que busca rescatar todos los desperdicios de carne y diferentes ingredientes de los supermercados, mataderos municipales y pescaderías; todo lo que normalmente va a la basura. Síganlos a través de la página de Instagram: sanchopanchoshop
Rafa junto a su esposa logró acuerdos con diferentes compañías, para recolectar lo que ellos consideran “desperdicio”, pero que es una fuente alimentaria sana para los cachorros.
“Todo está limpio, simplemente no se consume y nosotros lo convertimos en golosinas sanas para los perros. La verdad nos ha ido muy bien. Tenemos una tienda física y pues básicamente estamos enfocados en esa parte de de desperdicio cero”.
“Tenemos otras marcas que son también como que van como de la mano con el proyecto y también son con materiales reciclados, hay de varias cosas, pero todo lo que metemos en la tienda va como siguiendo esta línea de esta filosofía”.
LA ADAPTACIÓN
Adaptarse a Portugal no le costó trabajo, ya que su constante movilidad le enseñó a acoplarse a las diferentes culturas del mundo, desde Tamaulipas, hasta Colima, pasando por Michoacán y Nuevo hasta llegar a Portugal. A los 19 años ya navegaba por el planeta solo.
Como cualquier persona que deja su país, extrañar a la familia y amigos es lo que más le cuesta trabajo, y para Rafa no fue la excepción. Pese a todo, hoy vive en plenitud y feliz con su esposa, sus perros y el sueño que construyen juntos.
“A la gente invitarlos, si tienen ganas de vivir una experiencia fuera de Tamaulipas, o de donde vivan, decirles que siempre hay posibilidades, yo en mi caso no tenía los recursos económicos, pero siempre estaba buscando becas, becas, becas y así me fui y estuve muy bien con las becas”.
“La verdad moverte, estar en varios países es una súper experiencia que si te quedas a veces en un solo lugar, no vas a tener un montón de retos y de cosas que hacer”.
“Yo pienso así, que el que tenga ganas, puede, siempre se pueden hacer las cosas y sería nada más cosa de qué se pongan a investigar. Nadie, o sea hasta ahora no he visto a nadie que se arrepienta de haber hecho algún intercambio, o haber vivido ir fuera de su país”.
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