Patricia Azuara
Cd. Victoria, Tam.-
Sin importarle nada más que su felicidad, y la nueva oportunidad de amar que la vida le regaló, Gloria Isela Zavala Magdaleno se mudó a la ciudad de los vientos: Chicago, Illinois.
Cumplió 44 años cuando se reencontró con un amigo de la secundaria, y jamás pensó que sería él con quien decidió reconstruirse en pareja “hasta que la muerte los separe”.
Gloria no se fue a Estados Unidos en busca del sueño americano, ella cruzó de manera legal al país norteamericano porque eso le dictó su corazón, y dejó atrás las flautas de harina y los tacos de la estación.
“Yo amo México, me encanta, yo siempre he dicho que es un país hermoso, pero por azares del destino mi actual esposo tiene 30 años radicando aquí, toda su vida ha estado acá y no había otra opción más que mudarme yo”.
“Fíjate que al principio yo le había puesto la condición de casarme, pero no dejar México, en ese tiempo yo vivía en Mérida, y estaba renuente a vivir en Estados Unidos. A mí me encanta Mérida. Sí fue difícil, pero bueno, decidir irme”.
En ese momento le cruzó por su cabeza aquel dicho que replican “amor de lejos, felices los tres” y aceptó finalmente que a distancia las relaciones no funcionan. No era un noviazgo cualquiera, se iban a casar.
“Nunca me imaginé que me iba a casar con un excompañero de la secundaria porque no fuimos novios, ni mucho menos, pero bueno, dicen que las cosas cuando son para ti te llegan, cuando me fui se me pone todo muy fácil, yo creo que el universo me mandó todo en bandeja de plata”.
LA SUERTE VIAJÓ CON ELLA
El universo le abrió paso rápido y pudo obtener su residencia, y con ello estar de manera legal en el país donde las redadas y la discriminación en contra de los latinos son el pan de cada día.
“Yo veo como todo se me empieza dar tan fácil entonces entendí que aquí es donde debo estar”, relató, al recordar que a pocos meses de su arribo a Chicago llegó la pandemia y con ello el confinamiento, que terminó por provocarle depresión.
“Estuvimos completamente encerrados, porque tú sabes que la pandemia fue complicada en todos lados, entonces sí me pegó la depresión, porque no conoces el lugar, porque no hablas el mismo idioma, me hice dependiente de mi marido, no salía ni al súper si no era con él”.
NO ES SENCILLO
Todos creen que vivir en Estados Unidos y ganar en dólares es sencillo, pero los días para un mexicano, un latino, del otro lado del río Bravo, es muy complejo y en ocasiones hasta puede llegar a ser rutinario, con largas y cansadas jornadas laborales, platicó.
En Estados Unidos, la ley es muy clara y debe cumplir a cabalidad, por eso siempre piensas mucho para hacer hasta una simple carne asada en tu casa, refirió, al lamentar, por otra parte, que la discriminación en la mayoría de las ocasiones viene de un paisano.
“Aunque en Chicago vive gente de todos los estados de la República, no es igual, los modismos son muy diferentes, los del estado de Guerrero, de Guanajuato, aquí hay mucha gente de Zacatecas, del Estado de México, hay muy poca gente del norte, aquí en Chicago, la gente del norte se queda en Texas”.
“Claro que se disfruta, hay muchos eventos deportivos, conciertos de talla internacional a los que puedes ir, pero también debemos reconocer que la mayoría de los mexicanos y latinos que vienen Estados Unidos nos convertimos en la fuerza laboral de este país”.
“Los puestos directivos, trabajos en Home Office, o fuentes laborales importantes son para los americanos o las personas nacidas aquí, que hicieron su carrera universitaria aquí, tú puedes llegar con una licenciatura, pero no hay tantas oportunidades, aquí no te la toman en cuenta”.
UN LUSTRO DESPUÉS…
A cinco años de su arribo a la ciudad de los vientos, Gloria incursionó en el rubro restaurantero, donde rápidamente se colocó como asistente del gerente, actualmente estudia la High School, porque tiene muchos planes y está segura de que tomó la mejor decisión.
De Tamaulipas extraña a su familia y sobre todo a su hija, que vive en la Capital, pero también la flauta soñada y los tacos de la estación, además los elotes, y las tripitas y toda la gastronomía victorense, que considera una de las más ricas del mundo.
“Cuando migras a otro estado de tu mismo país, ya das un paso afuera, si tú lograste hacer eso, empezar una nueva vida, empezar de cero, lo vas a hacer en cualquier otro lugar, porque ya diste el primer paso, hay gente que no sale de su ciudad por miedo a eso, a empezar de nuevo”.
Y aunque hoy por hoy su lugar es Chicago, el plan para su retiro es volver a México, “yo siento que estoy nada más de paso aquí, porque al final de cuentas mi meta es terminar mis días en mi país, no aquí en esta ciudad, siempre he tenido en la mente volver”.
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