Agencias
Día de muertos es la tradición en la cual honramos a todos aquellos seres queridos que ya fallecieron y que no están con nosotros. La leyenda dice que durante los días uno y dos de noviembre, las almas de los difuntos regresan al mundo para convivir con sus seres queridos.
Para recibir a los difuntos, las familias mexicanas suelen montar altares y ofrendas en donde se incluyen fotos de los fallecidos, velas, comida y todo aquello que disfrutaban en vida.
Un elemento básico en la ofrenda de Día de Muertos es la flor de cempasúchil, que, si bien es fundamental en un altar, muchas veces no sabemos qué hacer con él una vez terminadas las celebraciones correspondientes.
Una ofrenda no está completa si no tiene flores de cempasúchil. Estas, representan la guía espiritual que trae a las almas al mundo en estos días. Se cree que su color vibrante y su aroma intenso son elementos que atraen y acompañan a los espíritus hasta el altar.
Por eso se acostumbra quitar los pétalos a estas flores para crear caminos que las almas puedan seguir hasta el altar y de vuelta al más allá. A su vez, esta peculiar flor simboliza la fragilidad y belleza de la vida, así como el paso entre la vida y la muerte.
Si bien el cempasúchil es fundamental en la ofrenda de Día de Muertos, muchas veces no sabemos qué hacer una vez que ha concluido esta celebración y con ella su uso. Aquí unas ideas:
- Composta: los restos de esta flor pueden enriquecer la tierra
- Infusiones para plagas: puedes secar los pétalos de cempasúchil y con los mismos hacer una infusión en agua hirviendo; colócala en un atomizador y rocíala sobre tus plantas
- Tinte natural: hierve un puñado de pétalos en agua y posteriormente sumerge tela o papel para tintarlas
- Ambienta tu hogar: dejarlo secar y hacer un incienso o aceite esencial para que el aroma esté siempre presente.