diciembre 12, 2024
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Victorense de corazón deja su huella en Chile

noviembre 15, 2024 | 138 vistas

Patricia Azuara.-

Ciudad Victoria, Tamaulipas.-
Contribuir desde el ámbito educativo, para mejorar la calidad de vida de las personas, fue el motivo que la llevó a dejar Tamaulipas. Sheyla Müller Pérez es el vivo ejemplo del “querer es poder”.

Nació en Chiapas, pero la mayor parte de su vida radicó en Ciudad Victoria, por lo que se considera más tamaulipeca que las mismísimas cueras. Hace 16 años partió a Santiago de Chile, lugar donde construye su futuro.

De familia de limitados recursos económicos, sus padres le enseñaron que el estudio es el arma más importante de un ser humano y la única herencia que iban a dejarle.

Economista de profesión, apasionada de los datos, Sheyla ingresó a la Secretaría de Educación en Tamaulipas, donde nació su pasión por las políticas públicas, por lo que decidió estudiar una maestría y de ahí continuó con el doctorado en la UAT.

El querer aprender más la llevó a tomar un avión y volar hasta Sudamérica y continuar su formación académica.

“Para mí, siempre fue importante el poder contribuir con los temas de pobreza y la falta de recursos. Considero que la educación es el único motor para movernos de esa situación, así es que para mí era muy importante contribuir”.

“Chile, justamente, por recomendación de mis profesores era un ejemplo en América Latina de cómo había salido desde las políticas públicas educativas, por eso decido salir para poder contribuir y conocer más de estos temas de educación y poder aportar a las personas”.

 

LAS DIFICULTADES

Por aquellos años, en Chile no estaban acostumbrados a la gente que llegaba del extranjero, pero algo que le ayudó mucho fue el ser mexicana, “cuando llegas tienes que hacer mil trámites y cuando llegué al Registro Civil me dijeron ¡mexicana!”.

“Ellos consideran que se parecen mucho a los mexicanos y me cantaron ‘Cielito Lindo’, fue muy simpático, y es un recuerdo que siempre llevo en mi corazón, acá quieren mucho a los mexicanos”.

Aunque reconoció que la adaptación fue complicada, por la lejanía de la familia, la comida, el clima cálido, pero sobre todo el idioma, que pese a ser español, el significado de las palabras dista mucho a la forma de hablar México.

“La comida en Chile no tiene nada de picante, nada de condimento, y aunque ya ha cambiado un poco porque hay más migrantes y extranjeros, en ese momento no, así es que fue difícil principalmente eso extrañar la casa, extrañar la familia y adaptarse al frío”.

 

SU TRABAJO

En estos primeros 16 años, Sheyla se ha especializado en la recopilación de datos, por lo que ha trabajado en el sector gubernamental, en el Banco Mundial, fue parte del Censo de Población y Vivienda y actualmente es docente.

“Una de las aventuras más grandes que he tenido fue ser jefa técnica del censo de población y vivienda estaba a cargo de la encuesta, ese fue un trabajo que fue muy fuerte durante los dos últimos años”.

“Pero también fue muy importante, porque desde los datos del censo de población y vivienda es con lo que se levanta gran parte de la política pública en el país, así que fue muy importante contribuir como extranjera a Chile”.

Sheyla viajó a Chile con quien era su novio, ahora su esposo y padre de sus hijos. Y precisamente fue en su primer embarazo donde tomó la decisión de quedarse en el país sudamericano, construir un patrimonio y formar una familia.

“Cuando nació David, mi primer hijo, fue en el momento que entendí que era el país donde ellos habían nacido, pero también donde yo me iba a quedar. Yo quería que ellos se quedaran aquí. Dentro de todo lo que significa estar lejos de tu familia, sabía que Chile era un buen país para que mis hijos vivieran”.

 

EL DESTINO

En los planes de la economista jamás estuvo dejar México, porque no había los recursos para lograrlo, pero la vida y el destino que se forjó, la llevó hasta donde está ahora.

“No me siento satisfecha, todavía quiero seguir aportando en esta área, como mexicana tengo unas ventajas competitivas, a diferencia de los chilenos, y es que los mexicanos somos abiertos. Somos los alegres, no tenemos miedo y son esas cualidades las que nos diferencian”.

Pese a que son 16 años lejos de Tamaulipas, Sheyla mantiene vivas sus raíces mexicanas, y aún que siempre extraña su esencia y cultura, hoy por hoy, tiene sus metas apegadas a Chile.

JR

 

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