SpaceX realizó este martes un nuevo vuelo de prueba de su megacohete Starship, que tuvo como testigo privilegiado del espectáculo al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, en una clara muestra de su alianza con Elon Musk.
Se trataba del segundo intento de la compañía para mostrar cómo ideó aterrizajes con unos brazos mecánicos -bautizados como “palillos”- con los que puede atrapar en el descenso al propulsor del Starship desde su plataforma de lanzamiento.
Sin embargo, tras el exitoso despegue del propulsor, SpaceX decidió cancelar ese tipo de aterrizaje y el megacohete explotó tras hacer contacto con el Océano Índico.
Se canceló el aterrizaje del cohete
A diferencia de la hazaña del mes pasado, el cohete fue dirigido a un amerizaje en el Golfo de México. La captura se canceló a los cuatro minutos del vuelo de prueba desde Texas por razones no especificadas, y el cohete alcanzó el agua tres minutos después.
Dan Huot, portavoz de SpaceX, señaló que no se cumplían todos los criterios para la captura del cohete, por lo que el director de vuelo no ordenó que regresara al lugar de lanzamiento. Huot no especificó qué salió mal.