noviembre 28, 2024
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noviembre 28, 2024 | 21 vistas

CIUDAD DE MÉXICO, noviembre 28, (Agencias)

Este 28 de noviembre se cumplen diez años desde la partida de Roberto Gómez Bolaños, mejor conocido como “Chespirito”, uno de los íconos más grandes de la comedia y la televisión en Latinoamérica.

A lo largo de su carrera, conquistó generaciones con personajes como El Chavo del Ocho y El Chapulín Colorado. Nació el 21 de febrero de 1929 en la Ciudad de México. Fue un actor, comediante, escritor, guionista, productor de cine y televisión, y director que marcó un antes y un después en la televisión.

Su seudónimo nació gracias a un director de cine que lo comparó con William Shakespeare, llamándolo “Shakespearito” por su talento como escritor, fue así como Bolaños decidió adaptarlo al español, quedando el famosísimo “Chespirito”.

Antes de llegar a la televisión, trabajó como publicista, oficio que le permitió desarrollar su capacidad para conectar con el público. A finales de la década de los 50, comenzó a escribir guiones para programas de radio, cine y televisión, incluyendo colaboraciones con grandes figuras del cine mexicano.

Cinco curiosidades sobre “Chespirito”

Un ingeniero que se convirtió en comediante

Aunque su vida estuvo marcada por las artes y la creatividad, “Chespirito” comenzó estudiando ingeniería mecánica en la UNAM. Sin embargo, abandonó la carrera para seguir su verdadera pasión: la escritura y el entretenimiento. Curiosamente, su amor por las matemáticas se reflejaba en su forma meticulosa de estructurar sus guiones y personajes.

La “CH” en sus personajes no fue casualidad

El uso recurrente de la letra “CH” en nombres como El Chavo del Ocho, El Chapulín Colorado y El Doctor Chapatín nació como una coincidencia. Al notar esta tendencia, Gómez Bolaños decidió utilizarla intencionalmente en muchos de sus personajes.

El Chapulín Colorado

Chespirito siempre enfatizó que El Chapulín Colorado era un héroe auténtico, no por su fuerza o poderes sobrenaturales, sino por su capacidad de vencer sus propios miedos y enfrentarse a situaciones difíciles con ingenio y valentía. Para él, eso lo convertía en un modelo más cercano a las personas reales.

Boxeador amateur

En su juventud, Chespirito fue boxeador y participó en torneos escolares, donde se coronó campeón en su segundo año de preparatoria. Según él, su experiencia en el ring lo ayudó a desarrollar disciplina y fortaleza, cualidades que posteriormente aplicó en su carrera artística.

El Chavo no era solo para niños

Aunque El Chavo del Ocho es recordado como un programa infantil, Chespirito aclaró en entrevistas que su intención era escribir para toda la familia. Los temas abordados en la serie, como la pobreza, la amistad y la solidaridad, resonaron con personas de todas las edades, convirtiéndolo en un fenómeno cultural.

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