Arnulfo Mata Huerta
El atleta en deporte extremo como es Ezequiel Reynoso Ochoa sigue participando en cada una de las competencias atléticas en donde se requiere una buena condición física y mental pues solamente de esta manera se obtienen muy buenos resultados.
Ezequiel narra muy orgulloso su participación en el Maratón celebrado en fecha reciente en la Sultana del Norte donde mostró sus ganas y deseos de entrar en los primeros lugares.
He aquí su narración:
“El Maratón fue el ocho del presente mes iniciándose a partir de las 5:00 a.m. ya hay fila en la entrada al parque el staff nos recibe con unos buenos días y el deseo del éxito compartido”.
“El clima está frío, húmedo, la niebla y el vientecito hacen más dramática la llegada, nos arremolinamos en los corrales de salida, no cabe un alma, esperamos la ceremonia de inicio”.
“La salida titubeante, por fin arrancamos vamos paso a paso, con alegría por todo el parque, los drones nos persiguen, la iluminación navideña va quedando atrás, luego las grandes avenidas, agarramos calor, el frío se va, a tirar guantes y chamarras ya vamos encarrilados, los primeros diez kilómetros puros saludos, pláticas, fotos, mucha porra salió a apoyar, están por doquier, gritan, bailan, hacen escándalo, sus pancartas atinadas, graciosas, los claxon de los coches no dejan de sonar, el medio maratón llegó en un suspiro”.
“La subida apenas se sintió, subimos y bajamos los puentes contemplando la bella y moderna arquitectura de San Pedro, la gente llena la avenida, nos obsequian gritos, sonrisas, dulces, fruta, coca, suero, antojitos y mucha buena vibra, el puente atirantado luce espectacular, ahí al fondo de la avenida en fundidora está la meta, vamos corre que corre, no pares, no pares que ya vas a llegar, es el grito de la porra, el ánimo no decae ni un segundo, familias y corredores en sinergia unos gritan y aplauden otros corren”.
“Los kilómetros se hacen largos pero conquistables, poco a poco alcanzamos el último puente, entramos al parque y lo vadeamos viendo como la meta se hace más lejana a cada paso, la gritería anuncia que estamos cerca, ya se ve la meta, los dolores desaparecen, el agotamiento se va, el llanto la alegría se cuelgan de nosotros, las manos arriba y un agradecimiento a Dios al cruzar la meta, bajo mi bandera que mojada pintó los últimos metros a mi llegada, fotografías, abrazos, felicitaciones, una chula medalla con gran significado en su forma, la chamarra de finalista, rica comida, los fisioterapeutas a todo lo que da, Rebeca, la tía Chuya, Diana y los demás tripletas atentos a apoyar a todas y todos, ya no importan los géneros, categorías nos reconocemos ganadores por igual y por momentos el mundo es mejor y más parejo, gracias a los organizadores, clubs de corredores regios, público, familias, staff, porras, autoridades y a Dios que nunca nos suelta de su mano”.
“Los desafíos son los que hacen la vida interesante y superarlos es lo que hace la vida significativa, werigaaaaa por siempre”.
Así Ezequiel narra su odisea deportiva y orgullosamente recibe y muestra su medalla que se ganó en esta competencia y para el año entrante espera seguir recorriendo en las competencias de carácter local, estatal como nacional e internacional
Deseamos la mejor de las suertes para este consumado atleta que se clasificó como finalista en la categoría veteranos en el Premio Estatal del Deporte y esto cuenta mucho.