Los migrantes extranjeros que llegan a Tamaulipas vienen en cantidades reducidas, en comparación con las masivas caravanas que se han organizado desde finales del año 2018 y que se han aventurado a cruzar México en busca del “sueño americano”; quizás, uno de los motivos de quienes han decidido tomar rutas más largas en la frontera de Chihuahua o Baja California emana del miedo e incertidumbre del riesgo y peligrosidad en el trayecto por carreteras y caminos a Matamoros, Reynosa, la conocida frontera chica tamaulipeca o Nuevo Laredo; aunque más cerca en kilómetros, menos seguras para las familias y personas que se trasladan durante muchos días del sur al norte de México.
No son menos de seis meses la espera de los desplazados nacionales y de países centroamericanos y otras nacionalidades de Sudamérica que atraviesan el territorio mexicano hasta llegar a la frontera con Estados Unidos en busca de mejores oportunidades de vida; el tiempo puede prolongarse más de un año. Hoy, cerca de dos mil 500 extranjeros esperan cita en los consulados norteamericano.
Algunos sobreviven en refugios temporales, pero en su mayoría permanecen en parques y sitios públicos, principalmente en Matamoros y Reynosa, en el estado de Tamaulipas, muchos de los migrantes son familias completas, monoparentales, menores no acompañados y parejas.
“Es imposible saber a ciencia cierta cuántos migrantes pasan por Tamaulipas, debido a que son flujos, que no se ven, prácticamente son invisibles para las autoridades, ello hace imposible apreciar este movimiento porque ya no son caravanas, sino un grupo de personas que transitan de modo sigiloso, hasta por caminos secundarios, hasta llegar a la frontera”, comentó Juan José Rodríguez Alvarado, responsable del Instituto Tamaulipeco para los Migrantes.
NACIONALIDADES DE MIGRANTES
De acuerdo con datos estadísticos, entre finales de 2022 y principios de 2023, cerca de 21 mil personas procedentes de Colombia, Haití, Venezuela y otras naciones estaban varadas en la frontera tamaulipeca en espera de una cita para ser aceptados en Estados Unidos en su petición de asilo humanitario, de éstos, la mayoría cruzó de manera legal, comentó Rodríguez Alvarado.
No obstante, el flujo migratorio provenientes de Honduras, El Salvador, Guatemala, Haití, Nicaragua y Cuba se visibilizó con más agudeza a partir de 2019, según información de Oscar Misael Hernández Hernández, investigador del Colegio de la Frontera Norte, cuyas revisiones focaliza puntualmente la presencia de haitianos en territorio tamaulipeco, sin dejar de observar el fenómeno en toda su dimensión.
Sus estudios publicados en revistas nacionales, revelan problemas coyunturales en la política migratoria de Tamaulipas y un problema de coordinación con la Federación en el año 2019, cuando el fenómeno de la migración empezó a generalizarse a través de la organización de caravanas que viajaban del sur de la frontera con Chiapas a la frontera norte de México, en donde “el fin último de los migrantes era cruzar a Estados Unidos, pero en su trayecto los desplazados fueron víctima de abusos, discriminación, violencia institucional y muchas violaciones a sus derechos humanos”, subrayó el investigador.
El delegado de Gobernación, Felipe Garza Narváez, reveló que debido al aumento del flujo migratorio, autoridades estatales y federales, han sostenido una estrecha coordinación para atender la problemática y en la reuniones de la Mesa de Seguridad, hay manifestación explícita de los servidores públicos que participan en éstas, en el sentido que durante este año (2024) el tránsito de migrantes ha disminuido considerablemente, y que hasta el momento no se han tenido mayores complicaciones para atender y apoyar a los migrantes por su paso en Tamaulipas.
SITUACIÓN COMPLICADA
La situación de las familias albergadas en refugios temporales en la frontera no ha sido fácil, debido que únicamente hay seis casas para brindar atención de hospedaje y alimentación, éstas son operadas por asociaciones civiles y organizaciones religiosas, pero que en momentos críticos han manifestado estar rebasadas por la cantidad de familias que llegan, principalmente a Matamoros y Reynosa; en Nuevo Laredo y la llamada frontera chica –Miguel Alemán, Camargo y Díaz Ordaz- no tienen registro de refugios temporales, por lo que muchas personas acampan y duermen en parques y jardines públicos, puesto que no existen estaciones migratorias en Tamaulipas.
En Ciudad Victoria, Capital del estado de Tamaulipas, además de la falta de una estación migratoria y la ausencia de albergues para migrantes, únicamente se cuenta con una representación local del Instituto Nacional de Migración, cuya función es administrativa, pero tampoco tiene disposición de ofrecer ningún tipo de información sobre los migrantes que viajan de la frontera sur del país con destino hacia Estados Unidos, puesto que afirman no estar autorizados para establecer contacto con los medios de comunicación, en todo caso, la información sale de la Ciudad de México, a través de la oficina de comunicación social del INM.
La investigadora de Tamaulipas, Karla Villarreal Sotelo, y su grupo de investigación publicaron el libro “Migración y Repatriación de menores por la frontera Tamaulipas-Texas”, donde narran los problemas que enfrentan los migrantes en su travesía por llegar a los Estados Unidos, dinamismo que ha tenido un comportamiento al alza, con mayor énfasis de niños no acompañados.
Para la investigadora, el crimen organizado, la violencia hacia el interior de los mismos grupos de migrantes, el tener que cruzar el río Bravo y la falta de garantía de seguridad de todo tipo, han sido factores determinantes para que éstos busquen opciones en otros estados fronterizos o que opten también por caminos con más riesgos.
“Los migrantes que viajan desde Centroamérica o países del sur de México no tienen las mínimas garantían en los espacios para permanecer en espera de su cita para solicitar amnistía internacional o asilo humanitario en Estados Unidos…en estos últimos años, estos espacios se han visto rebasados por el hacinamiento y no están acondicionados para las familias”, indicó la investigadora de la UAT.
De acuerdo con el trabajo de investigación, los migrantes se mueven principalmente en tren, en ese denominado “La Bestia”, pero muchos de ellos caminan miles de kilómetros, por días y días, sin agua, ni alimentación, además de la urgencia en los espacios, es indispensable generar políticas públicas tendientes a brindar apoyo como documentos digitales para la atención a la salud y la educación, por lo menos como parte de un derecho humano de las personas desplazadas de sus comunidades ante la falta de condiciones para permanecer en sus lugares de origen, pero también es importante “sensibilizar a la sociedad en un trato más humanizado al problema del migrante”, estableció Villarreal Sotelo.
MÁS ESTUDIOS
Los estudios del Colegio de la Frontera Norte trazan una ruta definida de los migrantes extranjeros cuyo destino final es cruzar a Estados Unidos, no viajan para quedarse en México, por lo que una de las rutas desde la frontera sur es a través del Golfo de México, pero al llegar a Veracruz se desvían a San Luis Potosí, para dirigirse a Acuña, Coahuila. De acuerdo con los datos recolectados por el investigador Oscar Misael Hernández de la revisión hemerográfica, los migrantes han sido violentados por el Instituto Nacional de Migración y la Guardia Nacional en los puntos de revisión migratoria, lo cual ha causado tensión, angustia y toma de carreteras por parte de los migrantes para evitar la repatriación, dado al tiempo invertido en su traslado y el costo promedio del trayecto.
De acuerdo con el censo 2020, el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (Inegi), Tamaulipas tiene una población de tres millones 527 mil 735 habitantes, y Reynosa en la ciudad que concentra el mayor número de personas, pero de manera singular toda la frontera con Estados Unidos desde Matamoros a Nuevo Laredo, tienen un crecimiento poblacional cada año, relacionado con el fenómeno migratorio, nacional e internacional.
En el año 2020, se creó la Unidad de Política Migratoria, órgano desconcentrado de la Secretaría de Gobernación, cuya finalidad -de acuerdo con el Diario Oficial de la Federación- fue atender el repunte en materia de repatriación y el flujo migratorio a nivel nacional, que creció un nueve por ciento entre 2019 y 2020; específicamente Tamaulipas pasó de 26 mil repatriaciones en el 2019 a 45 mil 951 casos en 2020, cifra superior al promedio nacional, mientras que de enero a agosto de 2023 el reporte oficial ya superaba los 50 mil 500 a eventos.
FENÓMENO SOCIAL
El fenómeno migratorio es atendido en diversas vertientes, puesto que se reconoce un flujo internacional de personas extrajeras que viajan de sur a norte, en busca de mejor calidad de vida, con la idea de emplearse en los Estados Unidos y enviar dinero a sus familias, pero también a partir del 2018, se generaron movimientos migratorios internacionales mediante la organización masiva de caravanas que salían de algún lugar cercano con la frontera sur de México y cuyo objetivo fue atravesar la república mexicana, para llegar a Estados Unidos para solicitar asilo humanitario.
De acuerdo con las estadísticas del Inegi, 2020, el flujo migratorio comparado con el censo de 2010 aumentó considerablemente, siendo los hombres quienes más se trasladaron hacia la frontera con Estados Unidos.
El Periódico Oficial de Tamaulipas, en su publicación del 25 de diciembre de 2023, en la justificación para los lineamientos de operación 2024 del programa presupuestario para la atención del migrante, con datos tomado de la Unidad de Política Migratoria presentó un diagnóstico de la migración, cuyo repunte se originaba por la falta de empleo, violencia, inseguridad, vivienda, calidad de vida, desarrollo individual o familiar y falta de servicios.
Razón por lo que miles de migrantes internacionales iniciaron viaje de la frontera sur al norte de México, siendo Tamaulipas un estado de grandes oportunidades; es el punto más cercano en kilómetros entre ambas fronteras, en sus ventajas competitivas ofrece en 370 kilómetros de frontera, 18 cruces internacionales y se estima un total de 53 puntos de ingreso con los Estados Unidos, señala el documento.
La oficina del Instituto Tamaulipeco para la Atención a los Migrantes, este año mantiene en observación nueve caravanas de migrantes internacionales que se han formado, pero a decir del titular de esta dependencia estatal, al llegar a México los grupos optan por diferentes alternativas y muy pocas personas viajan hacia Tamaulipas, y quienes lo hacen ya no son en grandes grupos, lo cual dificulta darle seguimiento en su paso por la entidad, puesto que no tienen una ruta definida para llegar a Matamoros o Reynosa.
Los motivos de la migración, de acuerdo con el último censo (2020), el Inegi revela que el 38.3 por ciento busca reunir con su familia, pero existen otros motivos que promueven este fenómeno como: buscar empleo, mejorar su calidad de vida, estudiar, violencia e inseguridad en sus lugares de origen, desastres naturales, matrimonio y deportación, entre los principales.
Sin embargo, además de la penosa travesía de los migrantes desde que salen de Guatemala y otros puntos de la frontera sur, los riesgos en su persona, la violencia y maltrato de que son víctimas de manera externa y hacia el interior de los mismos grupos, los migrantes pasan por estados emocionales dramáticos en su trayecto, puesto con son muchos días, hasta meses varados en un lugar ante la falta de condiciones para continuar su trayecto.
Los medios de comunicación han cubierto muchas de estos recorridos, algunos de ellos no han tenido resultados positivos para los migrantes, sin embargo, la situación en su país de origen no es mejor, caminan miles de kilómetros con la esperanza de una vida mejor para sus familias, coinciden los investigadores del Colegio de la Frontera Norte y de Tamaulipas, al concluir que un buen número de estos migrantes están convencidos que de mejorar las condiciones de sus países podrían regresar con el resto de sus familias.
