MONTERREY, NL, enero 6 (Agencias)
Romina Mircoli, hija única de la cantante Dulce, habló sobre los últimos días de su madre y su legado artístico tras su fallecimiento el pasado 25 de diciembre a causa de un cáncer renal con metástasis pulmonar.
En una entrevista para Ventaneando, Romina describió los momentos que vivieron juntas durante su enfermedad y la importancia de mantener vivo el recuerdo de Dulce como una de las grandes figuras de la música en México.
¿DE QUÉ MURIÓ DULCE, LA CANTANTE?
Dulce fue diagnosticada inicialmente con cáncer renal. Aunque se le extirpó el tumor, la enfermedad avanzó, afectando sus pulmones y complicando su salud.
Según explicó Romina, los síntomas iniciales, como problemas respiratorios y tos severa, se confundieron con neumonía, pero pronto se confirmó que el cáncer había alcanzado la pleura del pulmón izquierdo.
“El tumor estaba por fuera de su pleura, y fue entonces cuando nos dimos cuenta de que la situación era mucho más grave de lo que pensábamos”, explicó.
A pesar de su delicado estado, Dulce continuó trabajando y cumpliendo con sus compromisos, lo que aceleró el deterioro de su condición.
Romina estuvo al lado de su madre durante sus últimos días en el hospital, acompañándola en cada momento. La joven relató que nunca pensaron que Dulce no saldría del hospital, ya que a sus 69 años mantenía la esperanza de recuperarse.
“Yo hice mi misión personal, el decir: aunque estos vayan a ser sus últimos días, no voy a permitir que ella tenga miedo”, relató.
Durante sus últimas horas, Dulce tuvo momentos de lucidez, aunque, debido a su condición, su capacidad para comunicarse se fue reduciendo. Según Romina, su madre dejó de hablar en sus últimos días, pero aún se expresaba mediante susurros y gestos.
“Yo estuve con ella hasta que, de repente, volteé y la mañana del 25 tristemente me di cuenta que únicamente había amanecido yo”, recordó con emoción.
EL LEGADO DE DULCE, LA CANTANTE
El día de su fallecimiento, Dulce dejó a su familia un legado tanto emocional como profesional. Romina recordó cómo la enfermedad transformó a su madre, quien pasó de disfrutar actividades cotidianas a encontrar placer en pequeños gestos, como tomar un chocolate caliente.
Aunque el deterioro físico fue evidente, su espíritu y su pasión por la vida siguieron intactos hasta el final.
Uno de los deseos más importantes de Dulce fue que su funeral fuera privado. La cantante expresó su temor de que se publicaran imágenes de su estado deteriorado, ya que siempre cuidó su imagen pública.
En cumplimiento de su voluntad, su hija organizó una misa en la Basílica de Guadalupe, a la que asistieron amigos cercanos, como Rocío Banquells y Arianna, para rendirle homenaje. Sus cenizas fueron colocadas en una urna en forma de corazón, cumpliendo así otro de sus deseos.
Romina también habló sobre el impacto emocional de despedir a su madre y de las lecciones que aprendió durante este proceso. Enfatizó que Dulce dedicó su vida al arte y al sacrificio por su carrera, dejando un legado que merece ser recordado.
EL HOMENAJE PÓSTUMO A DULCE
Romina expresó su agradecimiento a quienes han propuesto homenajes póstumos para su madre, señalando que cualquier tributo será bien recibido, siempre que respete la memoria de Dulce y su obra.
La joven compartió que su madre deseaba ser recordada por su trabajo y no por su enfermedad. Aunque reconoce que preservar el legado de Dulce será un desafío, se siente comprometida a honrar tanto a la artista como a la persona que fue.