enero 10, 2025
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Pau, del micrófono a la pista

enero 10, 2025 | 68 vistas

Patricia Azuara

Ciudad Victoria, Tamaulipas.-
Paulina Navarro estudió la Licenciatura en Comunicaciones.

Su meta era incursionar en los medios tradicionales de aquella época, como la radio y la televisión.

Sin embargo, al enfrentar la cruda realidad de los sueldos precarios, su historia dio un drástico vuelco.

Luego de trabajar algún tiempo en la conducción de diversos programas, las necesidades económicas de Paulina rebasaron por mucho el salario que le otorgaban por ocho horas de labor tras los micrófonos.

Así es que renunció a su sueño y comenzó a buscar nuevas oportunidades en otros ámbitos.

EL INICIO

Fue un amigo cercano quien inauguró un centro nocturno, el que le propuso ser parte del show para adultos, como bailarina erótica.

Al principio lo tomó a broma, pero finalmente aceptó.

Jamás habría imaginado que su destino sería en las pistas, el tubo y las luces neón.

La primera noche, los nervios se apoderaron de su cuerpo, pero el aplauso del público y ver a los clientes divertidos con su show, la motivaron a sacarse, junto con la ropa, cada uno de los prejuicios de una sociedad que poco entiende a las bailarinas eróticas.

“La primera vez que bailé tuve muchos nervios, porque no sabía cómo iba a estar el asunto porque yo estaba ajena ese tipo de variedad, pero como ya estaba impuesta cámaras y cosas de ese estilo no se me hizo muy difícil”.

“Cuando subo a bailar, para mi suerte había unos filipinos que estaban celebrando un cumpleaños y al momento que salgo a bailar yo les llamo mucho la atención y se me acercan, me agarran, me cargan y me suben a la mesa y me empiezan a embarrar de pastel, de merengue y de ¡dólares! y dije ¡de aquí soy!”.

 

LA VIDA LE CAMBIÓ

La de Paulina no es una historia de esas “rompe venas” que guardan gran parte de las bailarinas, en realidad es una labor que a lo largo de muchos años le ha dado el sustento que requiere para vivir, sin necesidad de vender su cuerpo.

“Claro que pasas discriminación cuando te piden los exámenes, luego la policía te hostiga, luego te quieren cobrar multas, cosas de ese estilo, pero al menos a mí no me han pasado situaciones que pongan en peligro mi vida”.

“Los clientes van y se divierten, y es como un escape, para ellos es un escape, les gusta pasar un rato agradable escuchando sus cosas, a veces uno tiene que ser su psicóloga porque te platican sus cosas”.

 

OFICIO NOBLE

En este noble oficio, tan digno como cualquier otro, Paulina también encontró el amor de un cliente, con quien sostuvo una relación de 12 años. Cuando terminó con su pareja regresó a los escenarios que, recordó, le han traído las mejores alegrías.

“Es un trabajo como cualquier otro, y lamentablemente se confunde mucho, porque creen que todas somos sexo servidoras y no es así, porque se te paga por variedad y por copeo, ya con eso es suficiente y no necesitas otra cosa”.

“Claro que a veces te encuentras clientes que se quieren sobrepasar ya tomados de copas, pero no pasa de ahí, porque entra seguridad y te defiende no es algo que nos ponga en peligro, al menos a mí, como te decía, nunca he estado en peligro por mi trabajo”.

 

Y PAULINA BAILA ASÍ…

La tampiqueña prefiere los bailes con música electrónica.

Pero para el desnudo total le encanta utilizar música de Luis Miguel.

Tras de cuidar su alimentación y ejercitarse durante el día, para tener condición en las noches.

Paulina pidió no criminalizar a las bailarinas eróticas, y que la gente entienda y acepte que esta labor es igual que escribir una nota o conducir un programa de televisión.

JR

 

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