Francisco Ramos Aguirre
Ciudad Victoria, Tamaulipas.-
Antes del cristianismo, cada 6 de enero se celebraba en el oriente el solsticio festejando al “astro rey”, lo mismo la epifanía es la fiesta de la encarnación de acuerdo a las tradiciones antiguas. Mientras que en occidente esta fecha terminó por relacionarse con la epifanía, revelación o nacimiento de Jesús al mundo. Gracias a este acontecimiento, la Iglesia católica sustituyó aquella tradición considerada pagana.
Bajo estas circunstancias, parte del período navideño se asocia con la llegada de los Tres Reyes Magos: -Melchor, Gaspar y Baltazar- a Belén. Estos enigmáticos viajeros originarios de algunos lugares del mediterráneo ataviados de túnicas brillantes, bajaron de su caballo, elefante y camello para adorar al Niño Dios en un pesebre y obsequiarle oro, incienso y mirra.
Como parte de la tradición religiosa, también se asocia a una actividad comercial enfocada a los niños mexicanos y de otros países, quienes acostumbran colocar en las ventanas de sus hogares una bota o bolsa. De esta manera la mañana del 6 de enero los niños bien portados de algunos lugares se despiertan con la ilusión de recibir regalos, juguetes y golosinas gracias a la generosa humildad de los monarcas orientales.
La presencia de estos personajes, que cruzaron el desierto en busca de Jesús, inspiró a los feligreses católicos a la repartición de la tradicional Rosca de Reyes, acompañada de una taza de chocolate, champurrado, refresco o café. Originalmente, esta actividad religiosa se realiza en torno a una mesa donde, bajo el signo de la convivencia, acercamiento, paz, entusiasmo y armonía, se reúnen amigos, compañeros de trabajo y familiares.
De acuerdo al periódico La Patria Ilustrada (enero 8 de 1894) al menos en México, esta costumbre se remonta a las últimas décadas del siglo XIX, cuando algunas familias también pusieron de moda, el envío de tarjetas de Navidad y la instalación del tradicional árbol o pino navideño, con los arreglos representativos de cada país. El ritual de la rosca de reyes empezó a cobrar popularidad a partir de las últimas tres décadas del siglo XX.
AGUA BENDITA DE REYES
Otra de las tradiciones relacionada con Reyes Magos que terminó por extinguirse, era el agua bendita o Agua de Reyes que durante el festejo del seis de enero se ofrecía en los hogares mexicanos en un pequeño vaso a familias invitadas, la cual era bendecida en las iglesias católicas de manera similar a la bendición de los panes en tiempos de cuaresma.
“Enseguida los invitados sentábanse en una mesa en cuyo centro, sobre un platón figuraba una gran rosca con azúcar por encima y gragea colorada; la señora de la casa sacaba un cuchillo de plata, y lo daba primero a la persona más respetable del cónclave, todos fijaban en él la atención: ¡Si dará con el haba! El individuo, después de titubear, cortaba y un ¡ahh! Indicaba que la suerte le había sido propicia que no había habichuela…Por fin, un aplauso aterrador era la señal de que fulano se había erguido en Rey, había cortado el haba y tenía que ser el pagano.” (Periódico El Monitor Republicano, México D.F/01/12/1896).
Las únicas variantes dentro de la celebración de rosca de reyes se asocian con la manera de elaborar el pan y la inclusión del muñequito, monito, bebé o Niño Dios. En este sentido, vale decir que antiguamente se acostumbraba mezclar en la masa una haba o almendra. La persona que al momento de partir la rosca descubriera esta leguminosa, automáticamente estaba comprometida a celebrar un baile y una comilona donde se proporcionaba agua bendita a los invitados.
LA TAMALADA DEL DÍA DE LA CANDELARIA
En la actualidad, la práctica sobre la Rosca de Reyes ha sufrido diversas modificaciones, incluso de carácter estético, diseño y comercial. Hemos mencionado una de ellas, que consiste en introducir, en lugar de habas, uno o varios muñequitos de plástico o porcelana que se colocan estratégicamente en diferentes tramos de la tarta. Los acreedores de este “premio” o bendición consoladora asumen el compromiso de organizar un banquete el Día de la Candelaria a principios del mes de febrero.
En esta fiesta, por lo regular se ofrece a los invitados los tradicionales tamales en todas sus variedades, buñuelos y champurrado. Se tiene la creencia que los depositarios del monito serán muy felices durante el año en curso, siempre y cuando cumplan con lo convenido en la tradición. Es decir, aportar los tamales y lo necesario para la celebración.
Probablemente la inclusión de almendras y habas pasaron a la historia, debido a que muchos de los agraciados a quienes les “tocaba el premio”, en lugar de mostrarlas preferían consumirlas disimuladamente. De esta manera evitaban cumplir con el compromiso. A finales del siglo XIX, los franceses celebraban la llegada de los reyes de una manera singular: “A cierta hora de la noche los convidados de ambos sexos, pasan a una habitación en que están preparados dos enormes bizcochos: Las coronas de los reyes. Una de estas coronas está destinada para las señoras y la otra para los individuos del sexo feo.”
Como parte de la tradición francesa, dentro de cada pan elaborado por reposteros se colocaban dos habas, mientras a cada persona se le permitía partir con un cuchillo una rebanada de regular tamaño. Las damas a quienes les correspondían las habas, se les asignaba reinas del baile del próximo sábado, y mediante una ceremonia especial se les imponía una corona de rosas. En tanto a los varones, eran nombrados reyes paganos asignándoles una diadema de magos.
Antiguamente la elaboración de las roscas tenía lugar en las cocinas de los hogares y reposterías francesas y españolas. Es decir, era una costumbre eminentemente doméstica y artesana. En la actualidad se elaboran de manera industrial en supermercados y panaderías. Incluso su diseño ha evolucionado a través de los años.
Es decir, de un pan de modalidad circular se convirtió en una tarta ovalada. Los panaderos la adornan con azúcar y fragmentos de frutas cristalizadas: higos, ate de membrillo, piña y cereza. De acuerdo a la tradicional forma o diseño, para quienes se interesan en el tema de la tarta, rosca, roscón, bizcocho o pan, semeja la corona de un rey.
LAS ROSCAS DE REYES VICTORENSES
Los recetarios de la panadería mexicana, antiguos y modernos incluyen dentro de su repertorio, ciertas técnicas para cocinar roscas de reyes caseras. Sin embargo, para la mayoría de los consumidores resulta más práctico adquirirla en expendios y supermercados. En Ciudad Victoria, la mayoría de las panaderías las elaboran a precios accesibles. Las de más tradición se hornean en Panificadora Victoria, Panadería Villegas de la colonia Mainero, La Rosita, Pasteles Olivia, Panadería Fuentes, Panadería El Riel, Panadería Quilantán y otras.
En cierto modo, la derrama económica derivada por la venta de roscas de reyes representa un apoyo a la economía local, principalmente para el gremio panadero. Sin embargo, las más beneficiadas son las cadenas de súper tiendas comerciales, por la gran producción de roscas en esta temporada, lo cual no significa que sean de mejor calidad.
JR
