El Feyenoord no pudo aprovechar la superioridad que estableció la mayor parte del encuentro de Playoffs de Champions League ante el AC Milan, y apenas pudo sacar un 1-0 que le sabe a poco, en un partido en el que Santiago Giménez partió como titular, pero en el que no contó con opciones claras para marcar.
El mexicano disputó 83 minutos en un encuentro en el que la afición local se le entregó, ya fuera desde que entró al terreno de juego o tras ser sustituido. Desafortunadamente fue una mala noche para él, ya que siempre estuvo bien marcado.
El único tanto del juego lo marcó Paixao, esta vez convertido en un auténtico demonio que puso a sudar a Kyle Walker y el resto de la defensa milanista.