febrero 20, 2025
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Danza, más que un baile católico, una forma de vida

febrero 18, 2025 | 99 vistas

Patricia Azuara

Ciudad Victoria, Tamaulipas.-
Para José de Jesús Andrade Hernández ser danzante es parte de su vida; por tradición familiar, desde los seis años realiza estos rituales católicos.

Desde San Juan de Los Lagos, Jalisco, en entrevista aseguró que ésta es también una forma de agradecerle a Dios, la Virgen y todos los santos por los múltiples milagros concedidos.

Forma parte de la Danza “Los Aztecas de Aguascalientes”. Él es la tercera generación de este grupo de devotos que transmiten su fe a través de este baile ancestral.

“Tengo 52 años de edad, pero a la edad de seis años inició la danza prácticamente toda mi vida he estado en estos grupos y he bailado en diferentes partes de la República”.

“La danza es parte de mi vida, no es sólo una tradición es parte de mi vida, mi religión me ha demostrado a través de sus milagros, que Dios y los santos y la Virgen existen”.

Detalló que el grupo “Los aztecas de Aguascalientes” solamente danzan para los cultos católicos, y pese a las invitaciones para adorar a la santa muerte, no participan en este tipo de rituales.

Platicó que su fe creció cuando se le cumplió uno de sus deseos más grandes. Le robaron su vehículo, que no solo era su medio de transporte, sino también laboral.

 

FE… MUCHA FE

Con mucha fe, le rezó un novenario a San Judas Tadeo para que le devolviera el coche que con tanto sacrificio había comprado, “al noveno día, apareció mi carro”.

Recordó que en México existe la tradición de las danzas en las peregrinaciones, que se hace como muestra de culto y ofrenda a la devoción y fe hacia Dios, la Virgen María y otros santos.

“Las danzas son parte fundamental de los festejos patronales; la gente se reúne para danzar o ver a los danzantes, rezar, compartir comida o incluso peregrinar, para expresar su gratitud y fe”.

Explico que en la época prehispánica las danzas se realizaban para honrar a las deidades y agradecer la abundancia y prosperidad de los pueblos.

De ahí provienen algunos elementos de las danzas que actualmente conocemos y que participan en las festividades religiosas, prosiguió.

Nahuillas, carrizos, guajes, arcos, huaraches, penachos, plumas, colores y diversas texturas son parte de las vestimentas, que varían según el tipo de danza de cada grupo. Todos estos elementos provienen de esas culturas, indicó.

 

UNA TRADICIÓN

La historia relata que para el México antiguo esta manifestación nació entre una mezcla de culturas en los pueblos indígenas, originándose diferentes tipos de danzas desde la llegada de los frailes franciscanos para evangelizar al “nuevo mundo”, usando trajes e instrumentos que ellos elaboraban.

La Danza de Pluma, la Danza Azteca y la Danza de Matlachines, son algunas de las más populares en el país, identificadas por su estilo, ritmo, vestimenta, colores, y pasos.

En 1870 surgió una organización de danzantes que comenzaron a generar una tradición que vive hasta nuestros tiempos.

La danza Azteca:  También conocida como la Danza de los Concheros o Danza de la Conquista, es la danza más popular en las peregrinaciones, rindiendo tributo a los elementos de la naturaleza, el fuego, el agua, el aire y la tierra, además de los símbolos del catolicismo.

La Danza de los Malinches: Esta danza, que proviene de Estados Unidos, surgió de un preámbulo para actos comunitarios de importancia, como la coronación de caciques.

Este ritual fue adoptado en México inicialmente en las ciudades de Coahuila, Durango y Sinaloa, y representa una adaptación de origen europeo que precisamente significaba la victoria de los cristianos contra los moros.

La Danza de la Pluma: Representa la época de la conquista de México y se caracteriza por el penacho y sus ornamentos.

JR

 

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