marzo 18, 2025
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Criticando a ‘Mickey 17’

marzo 18, 2025 | 3 vistas

Lic. Ernesto Lerma

El director surcoreano Bong Joon-Ho, cuando trabaja en su país nativo, nos entrega cintas cimentadas en la realidad dura y cruda, como “Memories of Murder”, “Mother” o la ganadora del Óscar: “Parasite”. Sin embargo, cuando incursiona en el cine en inglés, regresa a las raíces fantásticas de su maravillosa cinta kaiju “The Host” para abordar temas relacionados con la ciencia ficción distópica, como lo hizo en “Okja” y “Snowpiercer”, eso sí, sin abandonar el trasfondo sociopolítico que caracteriza toda su filmografía. 

Sobre su inclinación a trabajar dentro del género de la ciencia ficción cuando rueda fuera de Corea, el director nos explicó al respecto: “Cuando no trabajo en mi idioma nativo, creo que me siento más seguro en el género de la ciencia ficción porque me permite trascender la nacionalidad y el idioma, y simplemente abordar directamente la esencia de la humanidad. Por ejemplo, si tuviera que escribir una película sobre un hogar problemático en Madrid en 1954, me sentiría increíblemente ansioso. Así que, cuando trabajo dentro del marco de la ciencia ficción, me siento seguro al poder profundizar más en la sátira política y tratar historias más universales”.

Su nueva película, “Mickey 17”, es una comedia negra sobre clonación basada en la novela de Edward Ashton. Su premisa es mucho más oscura que “Multiplicity”, la cinta del fallecido Harold Ramis protagonizada por Michael Keaton sobre un hombre que recurre a la clonación para ganar tiempo en su vida cotidiana. Aquí, Bong Joon-Ho pone a otro Batman en el papel principal: Robert Pattinson interpreta a Mickey Barnes, un “desechable”, o en otras palabras, un trabajador en un futuro cercano que acepta empleos de alto riesgo que lo llevan inevitablemente a la muerte, solo para ser clonado con sus recuerdos intactos y volver al trabajo sin objeciones. “Mickey 17” es un comentario satírico sobre el capitalismo y la explotación laboral disfrazado de ciencia ficción. 

Al igual que “Snowpiercer”, la película expone la división de clases y las estructuras de poder, esta vez a través de la figura de la mano de obra prescindible y la arrogancia de la élite gobernante. Aunque la película tiene momentos visualmente espectaculares y un humor negro efectivo, su duración de más de dos horas hace que por momentos su ritmo se diluya. Junto a Pattinson encontramos a Mark Ruffalo canalizando por igual a Elon Musk y Donald Trump en su papel de Kenneth Marshall, un político narcisista y fascista empeñado en la conquista de nuevos territorios. Toni Collette es Ylfa, su esposa, tan siniestra y cruel como su pareja, mientras que Naomi Ackie, interpreta a Nasha Adjaya, la novia de casi todos los Mickeys. 

¿Qué significa morir repetidamente? ¿Qué sucede cuando el sistema falla y hay más de un Mickey en juego? Bong Joon-Ho se adentra en estas preguntas con una sensibilidad que equilibra el comentario sociopolítico y la reflexión filosófica ayudado por un Pattinson que nos ofrece una actuación enigmática y melancólica, aportando una dimensión emocional que ancla la historia en algo más profundo que una simple sátira futurista. “Mickey 17” no está al nivel de “The Host”, “Memories Of Murder” o “Parasite”, pero llega a ser una obra intrigante que mezcla la sátira social con el absurdo de la clonación en un universo distópico. 

Aunque no es la mejor película de Bong Joon-Ho, sigue siendo una propuesta visualmente fascinante y narrativamente provocadora, reafirmando su lugar como uno de los cineastas más audaces y humanistas del cine contemporáneo. Porque el cine es algo más que un fotograma detrás de otro; puede servir como advertencia del mundo por venir. Le otorgo mi ocho de calificación a esta más que buena producción fílmica que es el octavo largometraje oficial del multioscareado cineasta sudcoreano internacionalizado. 

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