El Barcelona rescató un espectacular empate 3-3 frente al Inter de Milán, que jugó sin recato y sorprendía al equipo azulgrana en su casa, pero la reacción local evitó que el club italiano saliera con ventaja en la Ida de la Semifinal de la Champions League.
El primer tiempo fue trepidante, explosivo y caótico. Fue un susto mayúsculo para el Barcelona, que recibió dos goles en 21 minutos.
Marcus Thuram anotó el 0-1 antes del primer minuto de partido con un sensacional remate de tacón y, veinte minutos después, Dumfries remató de tijera dentro del área para el sorprendente 0-2 en Montjuic.
Un par de golazos de los que el Barcelona supo levantarse con el talento individual. Quién más que Lamine Yamal, el crack de 17 años que se inventó una de sus jugadas preferidas en el minuto 24: controló por la banda izquierda, se acercó al área y encontró el espacio para colocar el balón pegado al poste más lejano.
El ímpetu y la calidad técnica permitieron a Ferran Torres anotar el empate 2-2 tras rematar al fondo de la red una asistencia de Raphinha en el minuto 38.
En la recta final del primer tiempo salieron lesionados el barcelonista Jules Koundé, sustituido por Eric García, y el interista Lautaro Martínez, quien fue reemplazado en el segundo tiempo por Mehdi Taremi.
La potencia física del Inter volvió a imponerse y a hacerle daño a un Barcelona que ni siquiera pudo contrarrestarlo con el ingreso de Ronald Araújo. La duda de Szczesny al no salir en un tiro de esquina permitió el remate de Dumfries, quien celebró su doblete en el 63.
Pero el Barcelona volvió a usar su antídoto: el talento de Lamine Yamal, esta vez sin tocar el balón, para dejar pasar un balón que conectó Raphinha con toda potencia que se estrelló en el travesaño y contar con la suerte de que el rebote le pegó al portero Sommer en la cabeza y entrara a la portería. Un 3-3 eléctrico, un choque de estilos que benefició al espectáculo.
Cubarsí le detuvo un disparo muy peligroso a Thuram con una barrida oportuna dentro del área y después se anuló un gol a Dumfries, avisos del peligro que podía generar el Inter.
Finalmente, el empate 3-3 dejó satisfecho al aficionado, pero la ventaja parece ahora estar con el Inter, que recibirá en casa a un Barcelona agotado físicamente, pero que seguirá luchando por volver a una Final de Champions, para lo que tiene que ganar en Milán.
