El título, sin querer queriendo, nos lleva a pensar en Gabriel García Márquez y en la historia de un general. Sin embargo, voy más con el esquema de las estaciones del año y, desde luego, en relación con el ejercicio del poder. Por un lado, el otoño es la época de la cosecha y de acaparar, digamos, provisiones, porque luego viene el invierno. Por eso, el otoño tiene varias interpretaciones, una de que hay un cambio en el contexto: los árboles pierden sus hojas, el clima es inestable, por eso, para unos es renovación, puesto que se prepara uno para días malos, aguantar y esperar a la primavera.
Y en otoño llega, en este caso, la renovación de poderes del Ejecutivo nacional. Este día primero de octubre, Andrés Manuel López Obrador entregará la banda presidencial; la va a recibir Claudia Sheinbaum Pardo, la primera mujer que ostentará el ejercicio del poder político en el país. Y ese cambio, sexenal, en otros tiempos era de esperanza, pensando en que vendría un nuevo ciclo que pudiera cambiar las cosas… Ahora no, porque ya ofreció continuidad, construir el segundo piso de la 4T: hay, de todos modos, una esperanza.
OTOÑO PRESIDENCIAL
La entrega-recepción del poder presidencial se ubica en la transición del verano al otoño: y por muchos años, en este cambio de poder, quien dejaba el poder, entraba en una época parecida al otoño: poco a poco iba perdiendo los espacios de poder, en la medida que el presidente, hoy presidenta, entrante asumía gradualmente las riendas del poder. No olvidamos que más de un presidente anheló una forma de reelección o de trascender y seguir disfrutando del ejercicio del poder.
No pudieron. La fuerza de las instituciones, así como el estilo personal de gobernar, hizo que expresidentes, digamos como Luis Echeverría, vieron cómo le cortaban sus alas y lo mandaron de embajador a islas lejanas. Y el caso de Carlos Salinas de Gortari fue más difícil: la detención de su hermano y para no correr riesgos, prefirió un exilio voluntario. Y el caso más reciente, el de Enrique Peña Nieto, meses antes de entregar el poder formalmente, fue dejando el paso a su sucesor: AMLO ejerció el poder a plenitud desde antes de iniciar el sexenio, y todo indica, lo hará hasta después de entregarlo.
NO SE IRÁ
AMLO deja formalmente el poder, había anunciado que se iría a su finca “La chingada” en Palenque, pero ya avisó que no, que primero se va a aclimatar, se entiende, como ex, pausando su ansiada tarea intelectual. Héctor de Mauleón plantea la tesis de que no se va a Palenque por las condiciones de violencia, inseguridad, y la presencia en la zona de grupos de la DO. Y, además, porque, formalmente, no puede tener a su disposición seguridad gubernamental, porque él mismo la eliminó para los expresidentes.
Mauricio Merino, sin embargo, hace otra conjetura. Primero hace un recuento de lo que logró con su ejercicio del poder para trascender en la historia; pero, afirma, no está completo el trabajo. Para lograr un esquema completo de dominio de su partido, del gobierno de una sola persona, aún faltan reformas que hacer: una, es la reforma electoral, para que los consejeros electorales también sean electos por votación de la población; falta eliminar órganos autónomos, como el INAI, para tener completa opacidad; falta eliminar el Coneval para que nadie desmienta los “otros datos” gubernamentales. Trabajo que, entiéndase, es fácil lograr con la mayoría calificada de los diputados federales y con la ayuda de los Yunes en el Senado.
OTOÑO DE CLAUDIA
Claudia Sheinbaum Pardo, como presidenta, tendrá un otoño difícil: el escenario de cómo recibe los asuntos de gobierno, como del estado, no son fáciles. Hagan de cuenta que, precisamente, son los que le exigirán demostrar su valía. Y por lo que se ve, se nota, que se preparó para gobernar: en términos mediáticos nos vendió un gabinete, pero anuncia que para enero pudieran darse enroques o cambios en algunas secretarías… porque, además, ya anunció que habrá recortes de personal, así como una reforma a la estructura orgánica del Poder Ejecutivo, es decir, una modificación substancial a la ley orgánica de la administración pública.
El segundo día de su administración tiene contemplada una reunión de gabinete en Acapulco, con la gobernadora Evelyn Salgado, de Guerrero, igual con el gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo; el propósito es válido, hacer un recuento de daños y planear la reconstrucción de las zonas que fueron afectadas por el ciclón más reciente. Aquí veremos si, como AMLO, prefiere solo las reuniones y no recorrer, conocer las zonas afectadas, recuerden que AMLO siempre justificó no darse baños de pueblo el cuidar la investidura “presidencial”, no exponerse a que sus enemigos, los conservadores, aprovecharan el evento para hacer de las suyas.
FONDO Y FORMA
El gobierno de Sheinbaum ya tiene un fondo: continuar el legado de AMLO, construir el segundo piso de la 4T, lo que en plata limpia significa que ya tiene una agenda, impuesta o no, pero que va a cumplir, a desarrollar. La cuestión, en todo caso, será la forma: AMLO, por ejemplo, nunca dialogó con la oposición, ni siquiera fue a la Cámara de Diputados (para no exponer su investidura “presidencial”) e incluso, en algunos eventos institucionales no invitó a los otros poderes. ¿Claudia será menos frontal, más democrática, gobernará para todos?
¿Cómo será el estilo personal de gobernar de Claudia?