María José Zorrilla
Bajo un concepto creativo y muy innovador el despecho en México encuentra una nueva forma de catalizar el dolor contenido tras un engaño o una gran decepción. Se trata de un espacio de entretenimiento que nace este 2024 en Guadalajara y empieza a repartir frutos en distintas partes del país como Querétaro, Tijuana, Ciudad de México y recientemente Puerto Vallarta. El fenómeno de la Sala de Despecho empieza a generar curiosidad y no tardarán en aparecer muchas otras salas a la par de estudios sobre el “milagro catártico” que está produciendo este espacio. La sala de Despecho funciona como una válvula de escape en donde el público participa con entusiasmo y absoluta libertad. BWE, una de las principales agencias de marketing digital de México hace un desglose sobre el éxito de este nuevo tipo de entretenimiento donde se combina la liberación emocional con experiencias gastronómicas y musicales. Con mucha rapidez la propuesta está captando la atención de un público ávido de experiencias auténticas. Cada mesa cuenta con una pantalla y un micrófono sin sonido para que los comensales puedan seguir la música de intérpretes de la cultura vernácula mexicana como Paquita la del Barrio, José Alfredo Jiménez, José José, Yuridia y Flans entre el amplísimo repertorio de la sala. La experiencia colectiva de compartir un sentimiento de despecho a todo pulmón sin ningún recato crea un ambiente único donde la diversión cataliza el dolor de algún despecho que se haya sufrido en la vida. Los creadores iniciales fueron el Grupo Mandal y Enter y su éxito se debe según lo manifiestan los de la agencia BWE a que la sala incentiva una especie de catarsis emocional, reaviva la cultura de la nostalgia con la música popular de hace décadas que sigue vigente y representa una experiencia social diferente en un ambiente a la vez muy creativo con una decoración divertida como si se tratara de una tienda de abarrotes. Y así como hay un bote limpiador con la marca “Fabulosa la soltería”, o una caja de harina para pastel “y de Pronto un día de suerte”, o un “Riopan” para las agruras del alma, también hay un San Antonio de cabeza en el baño para decirle adiós a la soltería.
No cabe duda que el mexicano es creativo por naturaleza y así como el mecánico se las ingenia para resolver un problema, aunque sea de manera improvisada sin contar con los insumos necesarios, es también creativo para sacar del dolor una nueva forma de entretenimiento. El disgusto, resentimiento, frustración o desengaño queda en un segundo término al compartir con los demás un sentimiento tal vez guardado en el inconsciente o muy a flor de piel. Lo interesante es que el concepto trasciende al karaoke tradicional porque además de poder cantar sin restricciones, la gastronomía y la coctelería también juegan un papel muy importante. Muy posiblemente este concepto esté abriendo nuevas formas de hacer más interactivo los espacios de entretenimiento con teatro, poesía, lecturas divertidas o quien sabe qué otras propuestas puedan surgir en las mentes de los creadores de ideas que son atractivas para el público. Muchos se preguntarán que tanto durará este boom, no lo sabemos, pero lo que queda demostrado es que el mexicano va a la vanguardia en las formas de cómo expresar el dolor de una manera socarrona y divertida. El día de Muertos ya es una tradición que trasciende fronteras, aunque se haya distorsionado un poco el concepto original y tal vez el despecho tenga otra conmemoración más adelante como un día especial donde todo mundo salga a cantar con el corazón en la mano para arrancarse las penas del alma y olvidarse del Recuento de los daños sufridos por el abandono de un amor despiadado que nos ha dejado en la más absoluta desolación. Ante esta nueva propuesta de como activar el inconsciente colectivo para olvidar el dolor con tanta emoción y vehemencia Freud, Jung y Skinner habrían quedado totalmente estupefactos. Sala de Despecho con amor de México para el mundo.