Rogelio Rodríguez Mendoza.-
En las filas de la Guardia Estatal hay preocupación y desánimo por lo vulnerables que son frente al poderío del crimen organizado.
No es para menos, porque durante lo que va del año suman ya ocho policías asesinados, seis de ellos precisamente elementos de la Guardia Estatal.
Cinco fueron victimados en Reynosa, dos en Matamoros y uno en Río Bravo.
Se trata de una vulnerabilidad que tiene su origen en varios motivos, entre los que destaca lo obsoleto del armamento que les suministran, que nada tiene que hacer frente al poderío de la artillería que poseen los grupos delincuenciales.
Los grupos del crimen organizado usan las armas más sofisticadas. Tienen armas que son capaces de perforar cualquier blindaje explican agentes estatales consultados sobre sus condiciones laborales.
A eso hay que sumarle el hecho de que los limitan en el suministro de balas, de gasolina y otros insumos necesarios para su peligrosa tarea. A muchos ni siquiera les entregan cascos protectores.
Nos mandan a la guerra sin fusil, explica uno de los agentes con más de 15 años en la corporación.
Sin embargo, lo peor de todo, cuenta, es que la capacitación resulta casi inexistente. Por ejemplo, no practican tiro al blanco.
No hay balas para ir a practicar tiro dice.
Menos reciben capacitación en estrategia de combate a la delincuencia. Por eso durante los enfrentamientos con los grupos criminales casi siempre son superados, muchas veces con saldo trágico.
No es la primera vez que se exhiben las carencias con las que trabajan los policías de Tamaulipas.
El pasado 4 de julio reprodujimos una denuncia de la organización no gubernamental, Causa en Común, acerca de las condiciones de vulnerabilidad con que operan las corporaciones en 17 entidades del país, entre ellas, por supuesto, Tamaulipas.
Una investigación de la ONG reveló que los gobiernos no brindan a sus policías transporte a prueba de balas, chaleco antibalas, escudos y cascos.
Además, presentan fallas en el proceso de certificación y en el régimen disciplinario.
«Causa en Común» advirtió que, el desarrollo policial en México enfrenta importantes desafíos que limitan su eficacia y afectan la confianza de la ciudadanía en las instituciones de seguridad.
Estos desafíos incluyen la falta de profesionalización y capacitación de los elementos policiales, así como la militarización del país y el mayor énfasis en las Fuerzas Armadas en lugar de las corporaciones de policía señaló.
Frente a todo ello, es justo el reclamo de los policías tamaulipecos.
En un contexto en el que la delincuencia organizada se torna cada vez más violenta, y que le ha perdido por completo el respeto a la autoridad, lo menos que pueden esperar los agentes de la ley es que les den lo necesario para cumplir con su responsabilidad.
Y lo menos incluye, mejor armamento, municiones suficientes, vehículos blindados y potentes, pero sobre todo capacitación. Es irresponsable, criminal, seguir enviando a los policías a enfrentar a un enemigo que los supera en todo.
EL RESTO.
Mientras en prácticamente todo el país la Xochilmania ya es todo un fenómeno social, en Tamaulipas todavía no se percibe ese despertar ciudadano por quien se perfila como la candidata presidencial de los partidos de oposición y de la sociedad civil.
Seguramente esa ola de apoyo a favor de la senadora, Xóchitl Gálvez, llegará también a nuestra entidad, pero mientras tanto no ha prendido como si sucede en muchos otros estados.
ASI ANDAN LAS COSAS.