José Inés Figueroa Vitela.-
Desde que le pusieron nombre a la mentira, y la validaron como instrumento de promoción política, la ingesta de información pública se volvió una actividad delicada, sensible, de alto riesgo.
Hasta nuestros días, los voceros del pan-cabecismo y sus abonados siguen repitiendo, cada que se da la ocasión, las mismas mentiras usadas durante la elección del año pasado, a pesar de que puntualmente fueron desmentidos, la gente no les creyó y votó en contra de ellos.
La nueva jornada, desde que perdieron el poder, se ha concentrado en pretender que cuando fueron gobierno, vivimos en un estado color de rosa y en cuanto se fueron se destapó la Caja de Pandora con todos sus males, agobiando a los tamaulipecos.
La simple condición de testigos de Los Hechos nos hace percibir, al grueso de los tamaulipecos, la intención maquinada de alterar los escenarios, como se los volvimos a hacer saber en la reciente elección extraordinaria de Senador.
Eso que es percepción pública recién se volvió a documentar, a la luz de las investigaciones académicas desarrolladas en la Universidad George Mason publicadas bajo el título “Mensajeros de una guerra contra las drogas en el ciberespacio: el caso Tamaulipas”.
La revisión a la retórica sobre violencia y crimen organizado en Tamaulipas, a través de las redes sociales, reveló su autoría en 175 cuentas, la inmensa mayoría “anónimas” y la mitad de las cuales estarían relacionadas con solo tres de aquellas.
“He podido hacer curación de redes sociales y estas cuentas, después de haberlas seguido -por largo tiempo-, me da la impresión de que hay una agenda política”, declaró a Elefante Blanco la doctora Guadalupe Correa-Cabrera, una de las investigadoras.
Entre los grupos delincuenciales que han hecho uso de las redes sociales con aviesos fines hoy se cuenta el PAN-cabecismo, empeñado en aparentar que cuando fueron gobierno se acabó la inseguridad y en cuanto se fueron “regresó el caos”.
Al menos aquí, a nadie sorprenden; las evidencias cada vez son mayores e irrefutables.
El Gobierno del Estado, en lo que está concentrado ahora, asociado al despliegue de la fuerza pública, para garantizar la paz y combatir la impunidad, es en combatir y prevenir el consumo de sustancias peligrosas entre las nuevas generaciones.
En ese empeño, por instrucciones del gobernador AMÉRICO VILLARREAL ANAYA, están sumadas las Secretarías de Educación, Salud, General de Gobierno y de Seguridad Pública, así como la Comisión Estatal para la Prevención de Riesgos Sanitarios.
Este lunes, precisamente, inicia en las escuelas de secundaria y bachillerato el programa de Prevención de Adicciones “Si te drogas, te dañas”, enmarcado en la campaña nacional “El fentanilo mata”.
Se trata de inhibir y prevenir el consumo de fentanilo, una droga difícil de detectar -en presentaciones hasta de dulces-, 50 veces más potente que la heroína y 100 que la morfina, altamente adictiva y mortífera.
Información, guías didácticas, materiales impresos, infografías, audiovisuales y recursos gráficos acompañan esta jornada, mediante la cual se busca crear conciencia sobre la importancia de la prevención, el autocuidado y las consecuencias del consumo.
La podredumbre de la banda de los CABEZA DE VACA se ha ido evidenciando con pelos y señales, al paso de las comparecencias de los distintos funcionarios estatales, ante el Congreso local, para la Glosa del Primer Informe de Gobierno.
No hay una sola dependencia en la que no abunden las irregularidades detectadas por el nuevo gobierno, en las que se configuran decenas de presuntos delitos cometidos desde la cabeza, hasta las patas y partes intermedias de la estructura pan-gobiernista.
Solo de subejercicios en obra pública, suman cinco mil 400 millones de pesos los que el pasado Gobierno estatal tuvo que regresar a la Federación, con los que pudieron hacerse varias de las obras emblemáticas que reclama el Estado, como el acueducto y los hospitales.
Los desvíos fueron mucho mayores, desde que más de la mitad del presupuesto se repartió en unas cuantas empresas, coincidentes en propietarios, amigos y parientes sin experiencia ni equipo que no hicieron, abandonaron o entregaron mal hechas las obras que se les confiaron.
Con la secretaria de Finanzas, Adriana Lozano Rodríguez, abogó por el principio de austeridad como una vía para recuperar la posición económica que Tamaulipas debe tener. Aquella dejó en claro que el manejo de los recursos públicos es una preocupación compartida por las distintas fuerzas políticas, que coinciden en la importancia de una administración eficiente y eficaz, que garantice el bienestar de la población.
Aun el Secretario de Salud, que declinó abundar en las irregularidades encontradas, ante el festejo de los diputados panistas, dejó constancia del cambio diametral en la atención a la salud pública estatal, andando rutas que aún están lejos del ideal, pero muestra significativos avances.