Por Mauricio Zapata.-
Las principales víctimas del conflicto educativo son los estudiantes.
Sobre todo aquellos de nuevo ingreso a preescolar, primaria y secundaria.
Y es que apenas estaban adaptándose a su nuevo esquema escolar
cuando se dio el paro y cierre de los planteles.
Pero también hay muchos trabajadores de la educación que hoy en
día se sienten acorralados por este problema.
Por una parte, la parte sindical los obliga a estar en las
manifestaciones y apoyar en el plantón. Les toman lista, incluso, les toman
fotos para que quede constancia de su presencia, amén de que si no
apoyan, no serán beneficiarios de los apoyos sindicales.
Por otra, directivos de la SET los obligan a presentarse a trabajar.
También les piden firmar lista de asistencia y fotografía para que quede
evidencia, no de que están chambeando, sino de que no apoyan la
manifestación, amén de represalias laborales.
Los tienen acorralados.
Desde luego que están aquellos convencidos en la protesta
convocada por el SNTE.
Y los hay aquellos que no están de acuerdo, que quieren ir a trabajar,
que no quieren ir a las marchas y plantones. Y no les importa los amagos
del gremio.
Pero los que no quieren ni una cosa ni otra, es decir, que se
mantienen neutrales ante el conflicto, son los que también están padeciendo
esta situación.
El paro educativo durante los primeros días se volvió popular, sin
embargo, al paso de los días, los padres de familia que, en un principio
apoyaron la manifestación, al día de hoy ya se están hartando porque ya no
saben qué hacer con sus hijos.
Es un hecho que ambos sectores, es decir, el gobierno y el SNTE,
están abiertos al diálogo, pero cerrados en una de las peticiones: la
destitución de Lucía Aimé Castillo Pastor como titular de la SET.
Las autoridades no van a ceder. El sindicato no va claudicar.
Ya el Gobernador fue hasta el plantón para llamar a que abran las
aulas y a decirles que pueden platicar con las autoridades para llegar a
acuerdos, salvo una condición: No se va Lucía Aimé.
El SNTE abierto a la plática, salvo una condición: no se van si no
echan a Lucía Aimé.
Entonces el conflicto sigue; los niños continúan sin ir a la escuela, y
los empleados acorralados por ambas instancias.
No está nada fácil. ¿Quién ganará?
EN CINCO PALBRAS.- Debe quedar finiquitado esta semana.
PUNTO FINAL.- "La paz se alcanza cuando se vence la soberbia":
Cirilo Stofenmacher.
Twitter: @Mauri_Zapata
