Por Oscar Pineda.-
En un evento privado ayer el empresario Jorge García, pateó el avispero del palacio del 17, al anunciar su registro como aspirante a la alcaldía de Victoria por el partido Morena.
Con un discurso fuerte y claramente dirigido al actual alcalde, García adelantó que buscará encabezar la defensa de la cuarta transformación en esta Capital.
En un texto que circuló por las redacciones de los principales medios de comunicación capitalinos, Jorge García habla de rescatar la dignidad y la grandeza de este municipio porque a Victoria se le respeta, no es necesario explicar para quien es la dedicatoria.
Hasta hace unos días la expectativa era que el empresario buscaría contender por la presidencia municipal cobijado por el Partido Verde Ecologista de México y por el PT; en Morena, decían, no lo traen.
Sin embargo, parece ser que hubo un golpe de timón en la oficina donde se toman las decisiones y finalmente llegó el permiso para que este personaje entrara al juego.
Lo más probable es que los que toman las decisiones en Morena, tras la evaluación de riesgos, hayan optado por dejar correr a otros perfiles. Mera suposición.
De hecho, ayer corrió la versión de que en la cúpula morenista también están considerando la posibilidad de que en Victoria la candidatura sea para una mujer, por el tema de la paridad de género y se comenta que para ese posible escenario también habrían registrado a la actual secretaria de Educación, Lucía Aimé Castillo Pastor ¡chanfle!
Definitivamente se puso interesante el proceso interno morenista para elegir al candidato que los representará en la elección de presidente o presidenta municipal el próximo año; no olvidemos que también la quiere el sobrino de ya saben quién.
EL PERSONAJE
Bien dice el dicho que el que nunca ha tenido y llega a tener loco se quiere volver. Tristemente es lo que le está ocurriendo al alcalde de Altamira, Armando Martínez Manríquez, quien a últimas fechas le ha dado por hacerle competencia al Brincos Dieras.
Las conferencias mañaneras del alcalde se han convertido en un verdadero circo, en el que lastimosamente el de los cachetes pintados y la nariz roja es don Armando.
Tan bien que iba diría doña Chole; hasta parecía que ahora sí Altamira tendría un alcalde a la altura de una ciudad importante, pero nada, se acabaron las buenas ideas y comenzaron las ocurrencias.
No sé si su extraño sentido del humor le alcance para asegurar la candidatura a la reelección, pero en todo caso si así fuera y en el supuesto que ganara otra vez, que calamidad para el municipio.
POSDATA
El nuevo agandalle de la candidatura al Senado trae muy molestos a muchos actores priistas como el diputado Edgar Melhem, quien ve un inminente desánimo entre los tricolores.
