El Presidente más criticado de todos, pero no por ser el peor, y tampoco significa que los anteriores, al no ser igual de señalados, hayan sido mejores o moneditas de oro.
Siento que esto se debe a que ahora la gente agarra tanta, pero tanta valentía al estar detrás de una página de internet comentando y criticando a más no poder.
La mañana de ayer hasta llegué a escuchar en el programa de radio de Ciro Gómez Leyva a una periodista -no alcancé a escuchar su nombre-, pero era tanto su odio hacia Andrés Manuel que le llamó “el presidente malvado”. ¿Pues qué te hizo, me pregunté? Ya que era tan intensa la palabra que utilizó que hasta Ciro la corrigió y dijo “no sé si malvado”. En fin.
Con más de 40 años de trayectoria política, concluye su mandato quien prometió renovar los cimientos de la sociedad mexicana y, aunque muchos no lo crean o difieran, cuenta con una popularidad cercana al 60 por ciento.
Tiene que aceptarse que sí se vieron materializados muchos de sus proyectos, pero otras asignaturas siguen pendientes, como el sistema de salud, que sigue siendo pésimo, la gente sigue sin medicinas, los hospitales, y ni se diga el tema de Ayotzinapa, que sigue sin esclarecerse.
Muchos mandatarios anteriores no contaron con ese porcentaje de popularidad y aquí lo contrastante es que nadie les decía nada, como si hubieran hecho un gran papel y, al contrario, tienen tal vez más cola que les pisen, pero aquí viene lo bueno “no había redes”, nadie podía alzar la voz tan fácilmente y ahora cualquier persona se dice periodista, creador digital, hay muchos valientes por ahí y es por eso que hasta parecen que se ponen de acuerdo porque hasta sienten que es lo que está de moda, criticar a Morena, criticar a AMLO, todo es culpa de ellos, todo.
Uno de los más grandes motivos de su popularidad fue definitivamente el aumento del salario mínimo, ese cambio en el bolsillo de los mexicanos, lograr ese equilibrio macroeconómico y que la inversión extranjera llegara a niveles record.
Simplemente, una de sus modalidades más criticadas, sus mañaneras, pero si esto lo volteamos en vez de criticarlo puedes preguntarte ¿Qué otro presidente se ponía de pechito? Y ya me la sé, todos dirán, es que elige a sus periodistas. Tal vez, pero todos y cada uno de los temas se trataban ahí, se ponían en la mesa y se desmenuzaban, todos, de cualquier estado, no me dejará mentir quien las veía a diario.
Inicia entonces la Era Sheinbaum, confiemos en ella y no por ser mujeres, sino porque no es cuestión de género, es simplemente tener la intención de hacer las cosas, de preocuparse por lo que en realidad es preocupante, de ver por quien sigue mal y sigue ahí pidiendo ayuda, lejos de tener una inclinación partidista, considero que siempre la inclinación se debe hacer hacia el que menos tiene y que eso siempre nos regrese al verdadero sentido de la política que es solo uno, el servir a la comunidad y no el servirse a uno mismo como muchos lo hicieron, lo hacen y lo seguirán haciendo, y en cuanto a nuestra primera mujer presidenta en la historia, en vez de empezar a juzgarla, dejemos que sus acciones sean las que hablen por ella.
X: @DhenaMansur
