NADIE SE MUEVA.- Mientras toda la atención ciudadana está a la expectativa del desenlace de la competencia por la candidatura presidencial en Morena y en el Frente Amplio por México, en lo local los aspirantes a una candidatura parecen estar en una especie de impasse. Nadie se mueve.
Lo vemos con más claridad en el ring legislativo, donde casi todos los diputados locales que tienen intenciones de reelegirse o de ir en la búsqueda de una alcaldía o una diputación federal, desaceleraron por completo en su activismo proselitista.
De pronto, les bajaron a sus apariciones en las redes sociales y dejaron de asistir hasta a los bailes vecinales.
Lo mismo ocurre con los alcaldes que andan emocionados (muchos de ellos sin razón) con una eventual reelección, e igual con un buen número de funcionarios públicos a quienes de pronto les entró el “gusanito” por convertirse en diputados.
La explicación a tal “engarrotamiento” proselitista podría estar en que, tanto en Morena como en el lado opositor consideren que primero deben esperar a que se defina la candidatura presidencial, porque de ello dependerá que sus posibilidades de ir en la boleta electoral suban o bajen.
A propósito, en el lado morenista una eventual derrota de Claudia Sheinbaum, sería una catástrofe para muchos tamaulipecos que ya se sienten candidatos tan solo por el apoyo que desde aquí le han dado a la llamada “corcholata” favorita del presidente Andrés Manuel López Obrador.
LAS MÁS PELEADAS.- Por cierto, las candidaturas más peleadas en Morena serán las del Senado y las diputaciones federales.
Nos dicen que quienes ya están anotadas en la lista de suspirantes son las secretarias de Finanzas y del Trabajo, Adriana Lozano y Olga Sosa, respectivamente.
Exdiputadas federales ambas, pareciera que le agarraron demasiado cariño a las curules en el Congreso de la Unión, por lo que desde que inició la administración estatal aprovechan su encomienda gubernamental para trabajar en una estrategia política que les permita recuperar esos asientos.
Aunque Lozano y Sosa tienen un amplio capital político, porque en su paso por la legislatura federal no descuidaron su distrito, lo cierto es que ganar la elección en el 2024 no será fácil.
Sobre todo, porque el efecto AMLO ya no tendrá la misma fuerza que en las elecciones del 2018 y 2021, toda vez el presidente llegará completamente desgastado a junio del 2024, y por el otro lado la oposición se fortalece cada día más.
MIEDO TRICOLOR.- En el PRI estatal no lograron instalar los 43 comités municipales. Apenas lo consiguieron con 32.
Aunque son varios los factores que impidieron la renovación de la estructura municipal, el verdadero obstáculo fue el de la inseguridad pública.
El temor impidió que la dirigencia estatal tricolor encontrara liderazgos que aceptaran el reto de “revivir” al otrora partidazo en ese municipio, a pesar de que en la mayoría de esos 11 que se quedaran sin comité sigue habiendo muchos simpatizantes por el tricolor.
De esa manera, en algunos municipios de la llamada frontera chica y otros de la zona centro, sobre todo los que están bajo el dominio de la columna cívica “Pedro José Méndez”, el PRI no tendrá la mínima posibilidad de competir, porque lo más seguro es que ni candidatos presenten.
Desde luego que el hecho deja mal parados tanto al árbitro electoral (INE y Ietam) como al mismo gobierno del estado, porque es de ellos la responsabilidad de garantizar condiciones para que los partidos puedan competir, pero principalmente para que los ciudadanos ejerzan su derecho al voto en libertad y democráticamente.
ASI ANDAN LAS COSAS.