José Inés Figueroa Vitela
En su convocatoria al proceso interno de selección de sus candidatos locales, el PAN siguió mostrando el rostro perverso del regenteador de las siglas en el estado.
Sumando al sometimiento de los priistas, a quienes dejo solo las migajas para que las vean de lejos, como se vio en el convenio de coalición, ahora, en la convocatoria partidista, se siguió sobajando a los de casa, sin dejar de darle otro coscorrón a los tricolores.
De los 39 municipios en los que CABEZA se abroga la potestad de designar a los candidatos, reservó 18 municipios “para cumplir con las obligaciones legales de la paridad”.
Entre ellos, no incluyó a Tampico, confirmando la anulación de la propuesta del liderazgo local partidista del alcalde CHUCHO NADER, en la persona de la diputada federal ROSA MARÍA GONZÁLEZ AZCÁRRAGA.
Por añadidura, si para cumplir con la paridad, la coalición prianista debe postular 22 mujeres, quiere decir que al PRI no solo lo redujo a cuatro de las 43 nominaciones, sino que, además, le está imponiendo que estas sean para mujeres.
No descarte sean militantes panistas las que, con la misma levedad que han actuado hasta ahora los mandos priistas, las firmen como candidatas propias en esos cuatro municipios de Abasolo, Güémez, Guerrero y Jiménez.
Con su PAN se la seguirán comiendo.
Abierto el registro de aspirantes, ayer en la sede estatal albiazul se apersonaron su dirigente LUIS CANTÚ, la exalcaldesa LETY SALAZAR y la que está en funciones, NELLY ROCHA, para contender por las nominaciones de Reynosa, Matamoros y Camargo, esta última por la reelección.
Es público y notorio de qué pie cojea cada cual, sin detrimento de la precaria herencia de derrota con la que llegan a este proceso.
Están como el Auditor Superior del Estado, JORGE ESPINO ASCANIO, hablando en público de la reelección en el cargo, como una posibilidad, cuando la mayoría de los diputados, de Morena y sus aliados, son quienes iniciaron el procedimiento para su relevo, a instancia de la Junta de Gobierno, mismas instancias que proponen y resuelven la transición institucional.
ESPINO no solo adolece del aprecio de la promovente y la resolutiva de una fantasiosa reelección; su desaseado ejercicio, protegiendo a los funcionarios corruptos del pasado gobierno estatal panista, cometiendo no pocos delitos flagrantes personalmente y desacatando las instrucciones de su superior jerárquico, la Comisión de Vigilancia del Congreso, hacen impensable su sostenimiento en el cargo.
Más bien, hace mucho que debería estar en la cárcel, junto a la banda delincuencial de donde vino, quien le puso y a quien ha pretendido sostener un manto de impunidad en franca liquidación.
Los motivos para que no se le propusiera a la reelección, son más que abundantes, se desvanecen en la contundencia de los hechos y la solidez del marco jurídico.
En el colmo del cinismo dijo que los diputados han violentado sus derechos “porque no son abogados… hasta son doctores unos”, espetó y la sangre de su lengua llegó al río, como ingeniero mecánico que es, metido a Auditor con el único mérito aquel de ser cínico, mentiroso y abusivo.
Pretender ahora seguir ganando cotos de impunidad, para desaparecer los archivos, que demuestran la irregular gestión propia y de los suyos, le sigue sumando faltas por las que más temprano que tarde deberá responder.
La forma como ofendió, además, a los periodistas, el pasado fin de semana en que fue convocado al Congreso para iniciar finalmente el proceso de entrega-recepción, a menos de un mes de que debe entregar el cargo, llamándolos ignorantes y desvirtuadores de la información, es algo por lo que igual deberá responder.
El manual del mentiroso y echador, en el que se formó a los funcionarios y políticos del pasado sexenio, ya no sorprende a nadie ni despista a la opinión pública.
Por sus hechos les conocemos.
El nuevo gobierno, humanista y respetuoso de los derechos humanos trae en la chistera otras correcciones a la perversión heredada.
Veremos y diremos.