Dicen que, lo que no descubre el agua, lo descubre el tiempo, y todo hace indicar que en Tamaulipas el diluvio que esperamos con la tormenta tropical Alberto, en camino de convertirse en huracán, podría dejar al descubierto la ineficiencia o incapacidad si existiera, de algunos funcionarios estatales.
La situación de alerta que provocó la inminente llegada de esta tormenta, llevó a sesionar al Consejo Estatal de Protección Civil, para verificar las medidas de prevención y los lugares de refugio en caso de ser necesarios.
De acuerdo con lo que se observó en la transmisión de la sesión, el gobernador Américo Villarreal no se confió de lo dicho de los responsables de cada área, pues los cuestionó a todos y cada uno de ellos.
Por ejemplo, inquirió la verdadera coordinación con todos los alcaldes para actuar en caso necesario.
Pidió confirmación de los albergues listos a lo largo y ancho del Estado para en caso de requerirse.
El mandatario estatal no dejó cabos sueltos, ni se confió de sus colaboradores, de tal suerte que, desde el secretario de salud, hasta el de protección civil, empeñaron la palabra de haber cumplido con sus compromisos y responsabilidades.
Queda claro, que para el gobernador Villarreal, esta tormenta con cara de huracán, será una especie de prueba de fuego para los integrantes del Comité Estatal de Protección Civil.
Y no podría ser de otra manera, porque de todos es sabido que los fenómenos meteorológicos, aunque nos dejan muchos daños materiales por viviendas inundadas o destruidas y en ocasiones hasta perdida de vida humanas.
También deja beneficios, como el agua, que justo en este momento se carece, pues la mayoría de las presas se encuentran en su nivel más bajo dada la intensa sequía y la falta de su cuidado. De hecho, en el sur de Tamaulipas el sistema lagunario se secó, cosa que nunca había sucedido.
En fin, la tormenta con cara de huracán está en puerta, esperemos que los ovnis no impidan su llegada, porque si bien es cierto su impacto traerá afectaciones, también es cierto, que su agua, es un tesoro en este momento.
LA ÚLTIMA.
Apenas paso la elección y ya se pelean por “el rebaño” en el Congreso del Estado, porque más de uno quiere tomar las riendas del recinto legislativo.
En política se decía en los tiempos idos que quien se movía no salía en la foto, sin embargo, las cosas cambiaron, y hoy en día el que no se mueve se queda atrás, y es lo que ocurre en Tamaulipas, en donde los diputados electos de la próxima legislatura número 66, ya “se mueven”, buscando la Junta de Gobierno.
Por ejemplo, Úrsula Salazar Mojica, la quiere, aunque actualmente ocupa la presidencia de todas las mesas del congreso, y nunca pudo contener la operación cabecista, pues no ha llenado y quiere más.
El psicólogo, Armando Zertuche, quien, aunque aún no lo ratifican en la curul porque ira por la vía plurinominal, y que fue sustituido de la entonces Junta de Coordinación Política, hoy la busca de nuevo, y sus allegados aseguran que la tiene en “el bolsillo” porque se la prometieron a cambio de la alcaldía de Reynosa.
Pero Humberto Prieto Herrera también la quiere, y aunque no hay elementos políticos o de peso, su aspiración es legítima. Lástima que para este puesto no se utilice la “tombola”.
Y como era de esperarse, la también diputada local Magaly Deandar, que resultó ser la más votada de la próxima legislatura, pues también reclama la posición de mando.
En fin, los próximos diputados locales aun no llegan, pero ya traen de alguna manera sus desencuentros, esperemos que les alcance la capacidad para entender finalmente que la política es el arte de la conciliación.